En algún momento fue llamada “pornográfica” por críticos de mirada estrecha y con ánimos perezosos de descubrir una perspectiva más inteligente acerca de su obra. No es que no haya sexualidad en ella, por supuesto que la hay… y mucha, pero no del tipo que muestra todo por el simple gusto de excitar, sino que crea una fantasía onírica que envuelve al espectador y lo hace sentir deseos no sólo en el terreno sexual, sino en el de la imaginación. Lisa Yuskavage comenzó su carrera profesional a los 25 años; a partir de ese momento ha roto esquemas y se ha entregado a lo que su corazón y razón le han dictado.
Su interés por el sexo en el arte (y la vida en general) viene de años atrás cuando estudiaba en Puerto Rico en una escuela de monjas para señoritas: «Obsesionadas con Playgirl, todos pensaron que estábamos locas porque leíamos las fantasías sexuales de la revista. Estábamos tan ansiosas de crecer y convertirnos en criaturas sexuales, esforzándonos mucho para no avergonzarnos por los penes y comprender lo que estaba pasando. Leíamos las fantasías sexuales en voz alta la una a la otra y estábamos completamente histéricas».
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“My Rainbow Scarf” (2013)
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“Bouquet” (2000)
Su arte está plagado de una sexualidad desbordante con mujeres que parecen ser las dueñas de la situación y del lugar donde habitan dentro del lienzo. Senos y caderas grandes, además de rostros inocentes y cinturas diminutas son sus características principales. También llama la atención el entorno salvaje en el que se encuentran, como si fueran mujeres que viven en zonas alejadas de las ciudades y entregadas a rituales sexuales en plena naturaleza, ahí donde los árboles, el viento, la hierba y las rocas no han sido molestados por la mano del ser humano.
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“Grisaille Hippies” (2013)
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“Crawling out” (2014)
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“Hippie” (2014)
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“Super Natural” (2017)
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“Wine and Cheese” (2017)
«Mis personajes son autorretratos parciales que han nacido a partir de mi interminable psicoanálisis con una terapeuta cuya fisionomía a veces aparece en mis pinturas, comúnmente con una nariz redonda que tiene un matiz que va de lo coqueto a lo perverso», menciona la artista nacida en Filadelfia y que ha ganado importantes premios a lo largo de su carrera.
El mundo femenino de la artista estadounidense se traslada a un ambiente fantástico en grandes proporciones. Las chicas de Yuskavage tienen un marcado aspecto hippie que empata por completo con su modelo de vida libre que exhibe en cada una de las pinturas. Almas bohemias que claman el amor, el sexo, el mágico ritual de la carne consigo mismas, con sus compañeras o con los hombres que en varias de las pinturas lucen como espectros al servicio de las damas que componen la sensual obra de Yuskavage.
El juego de luces que maneja en sus obras ha causado comparaciones con grandes maestros como Caravaggio o Rembrandt, de los cuales la pintora se declara seguidora y estudiosa, aunque se denomina una buscadora de la libertad artística más que de una cazadora de técnica: «De hecho, no tengo ningún interés en mi técnica. Lo que me interesa es una conversación sobre la progresión formal, o el lenguaje pictórico, que ha evolucionado en la pintura, y la forma en que un elemento como la técnica ha tenido que evolucionar. Pienso más en términos de proceso que de técnica».
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“Hippie (Nude Bra)” (2016)
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“Housewarming” (2016)
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“Lovers” (2015)
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“Déjà Vu” (2017)
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“Self Portrait with Lavinia” (2016)
La gran fuerza del arte erótico radica en que está abierto a todos los que lo ven, somos seres sexuales que nos vemos reflejados en cada postura, en cada gesto, en el misterio de la sexualidad que Lisa Yuskavage plasma en su arte. El poder de toda su obra pictórica está en esa capacidad de retratar a la mujer moderna ansiosa de explorar su ser interno pero, a su vez, el alma de todas las mujeres que se han entregado a sus instintos más salvajes. Es una obra atemporal que abarca todos los pensamientos respecto al sexo y la vida natural; tanto las chicas hippies como aquellas de estilo más formal verán en cada pintura una parte de sí mismas.
«Tal vez la mejor manera de abordar mi trabajo es reconocer lo que te hace pensar y luego pensar en lo contrario. Quizá puedan existir al mismo tiempo. Tiffany es un pequeño boceto al óleo que, digamos, es particularmente delicado. Me gusta ese término, después de todo no hay nada más involucrado en uno mismo que masturbarse».
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“Ludlow Street” (2017)
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“Nude Hippie” (2016)
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“The Art Students” (2017)
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“Striped Socks” (2014)
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“Spectral”
Las costumbres sexuales más extrañas son motivo de exploración en el arte para retratar ese estado primitivo y natural del deseo humano. Dentro de esa búsqueda de erotismo se contemplan extrañas costumbres y maneras de asumir el rol de la sexualidad que llevan a algunos a presentar perversas fantasías.
