Los rostros con los que cruzamos miradas son la primera impresión para acercarse al otro, en los gestos se leen las emociones e intenciones que no se pueden definir con las palabras. Cada uno de nosotros posee múltiples identidades; siempre en transformación, cambiamos con el tiempo acumulando las experiencias que nos definen, utilizamos y adecuamos nuestras personalidades alternas de acuerdo con lo que la situación nos exija y el contexto social en el que nos desempeñamos.
Cuando se trata de un pueblo, su identidad se manifiesta a través de la mirada de su gente, sobre todo la de sus artistas, quienes retratan la vida desde diferentes perspectivas y enfoques.
Oaxaca, tierra de alebrijes y mezcal, cuna de personajes que han definido la historia y la cultura mexicana, se expresa como un paraíso surrealista de la mano de sus creadores, quienes han dado origen a una escuela de pintura y escultura contemporánea integrada por los autores que retratan con un estilo propio diferentes maneras de coexistir en sincronía con un mundo lleno de misticismo y caos como lo es la región del suroeste mexicano.
Mediante los lienzos pintados por el corazón de los autores oaxaqueños, es posible desenmascarar las distintas caras con las que el territorio del barro negro se presenta ante quienes nos acercamos a sus relatos, los diferentes rostros que forman parte de su presente quedan al descubierto mientras forjan el sendero hacia el incierto futuro que enfrentan atravesando día con día un laberinto de tradición y sueños.
Oaxaca, rostro escondido tras las sombras de la indiferencia
Oaxaca muestra su cara cruda y ennegrecida, deformada por los contrastes y la brecha abismal que existe entre clases sociales en uno de los estados más ricos en cultura y al mismo tiempo con la mayor problemática social a causa de la pobreza, fatídico reflejo del país de las paradojas donde vivimos. El dibujo de Oscar Camilo de las Flores revela el terror que se cobija bajo las sombras, augurio y sentencia que resguardan aquello que no queremos ver, su obra rebasa el surrealismo a pesar de sus figuras y escenarios oníricos porque las pesadillas que presenta son solamente el espejo negro de la realidad que se pudre a causa de la indiferencia, el rostro de la desigualdad que grita una gris profecía.
El rostro mágico del ritual y las cenizas de la tierra
El ritual es la expresión de la magia, representa revolución y renacimiento, simbolizado por el fuego y y la destrucción inseparables que se fortalecen en la obra de Sabino Guisu, retratos teñidos de humo, resultado de un pueblo que se ha quemado por el conflicto pero que siempre renace con más fuerza, reclamando la libertad en los movimientos sociales. La huella del fuego es la que conforma sus obras, como la impresión profunda del rastro que dejan a su paso las ideas y luchas de las generaciones pasadas que cimentaron nuestro presente.
El rostro vibrante del folclor oaxaqueño
Pertenecientes a una tierra de colores la tradición y el folclor se reflejan en la alegría popular, en México vivir es una constante celebración, e incluso la muerte y la vida se conciben como una dualidad que se tiñe de emociones variadas, no es la muerte el fin de la existencia sino el inicio de un viaje que durará para siempre en conexión con el mundo de los que nos quedamos en esta dimensión. Alex Escobar esconde los rostros difusos del arrebato inexplicable del color sobre el lienzo, como calaveras de dulce que se espolvorean de vida a través de la cosmovisión mística y los encuentros mágicos, como el colorido de la Guelaguetza, ofrenda para los sentidos que representa la vitalidad inquebrantable del pueblo mexicano y su tradición.
El rostro dinámico de una cultura en transformación
La cultura se transforma cada día, con cada sueño que asimila el progreso como promesa final e ideal del capitalismo, Oaxaca no permanece ajena al sistema económico del país, se mueve sin dejar de lado su naturaleza mágica. Pablo Cotama dinamita su creación movido por una fusión entre lo tradicional y lo moderno, lo digital y los materiales industriales se mezclan en la esencia de la composición de metáforas para el cambio que no deja de lado el espíritu invencible que ha caracterizado la existencia de un pueblo que no se rinde nunca.
Uno 61 es una plataforma de impulso para los creativos que están transformando el rumbo del arte mexicano con sus ideas. Ven a conocer sus obras y a los creadores el próximo jueves 7 de abril, a las 20:00 en la galería CC186 ubicada en Chiapas #186, Colonia Roma. Las miradas de esta tierra rica en creatividad permanecerán expuestas durante todo abril.
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