“Quiero crear bailarines únicos. Un grupo que inspire a coreógrafos a trabajar. Sólo se trata de florecer y abrirse a las posibilidades… de renacer”. – Rafael Bonachela, Sydney Morning Herald
Bajo esta visión es que se mueve una de las compañías de danza más innovadoras en la actualidad: la Sydney Dance Company. Clasificada como la compañía de danza contemporánea representativa de Australia, presenta un repertorio enriquecido con una carga técnica, evolutiva, explosiva e interdisciplinaria, fuerte y reconocida de manera internacional.
Rafael Bonachela es el director artístico de la compañía desde 2009, y la ha sabido llevar a cumplir sus objetivos, debido a la elevada técnica de sus bailarines, así como la decisión de mantenerla en constante transformación a través de las coreografías que ahora la definen como un centro para la creación e innovación coreográfica contemporánea.
En el mundo de la danza donde la perseverancia lo es todo, tuvieron que pasar 10 años para que la compañía, fundada en 1969 por la bailarina Suzanne Musitz, se reconociera, finalmente, como una institución representativa nacional, y cambiara su nombre oficialmente a Sydney Dance Company, en 1979.
Bonachela ha sabido guiar a sus bailarines por el camino de la metamorfosis, necesaria en los escenarios actuales para enganchar a un público cada vez más demandante. Los amantes de la danza en México podrán apreciar el trabajo de Bonachela y sus bailarines los próximos 10 y 11 de octubre en el Festival Internacional Cervantino, en la ciudad de Guanajuato, cuando presenten en el Auditorio del Estado la obra 2 One Another, pieza coreográfica que fusiona la danza con elementos interactivos de sonido, luz y lenguaje para crear un ambiente dinámico, actual y exuberante donde se investiga el concepto de interacción humana a través de acciones, gestos, conexiones corporales y sensoriales.
El escenario, conformado por una pantalla pixeleada, se incorpora a las escenas en conjunto con música electro-barroca del compositor Nick Wales, creando imágenes multidimensionales que sirven de apoyo a los bailarines.
La pieza habla sobre la esencia misma del cuerpo, su sensualidad, capacidades y posibilidades. No hay nada más allá de eso, nada más allá de nosotros y lo que somos; el fluir de lo que nos conforma, la materia física que controlamos a través del movimiento.
Mientras que el lenguaje coreográfico de la pieza es complejo y la resistencia y fuerza física de los bailarines se pone a prueba durante una hora (características en el trabajo de Bonachela) a los ojos del espectador, la pieza se presenta como interesante, sorpresiva y ligera, demostrando de nuevo su capacidad para sumergir al público dentro del escenario mismo sin la necesidad de líneas narrativas precisas.
Parte del proceso de creación y montaje de esta obra se retrata a través de una serie de videos llamada Sharing Spaces. Ideada para mostrar el trabajo diario dentro de la compañía, los videos logran mostrar la intimidad del estudio de ensayos mientras que los bailarines comentan sus experiencias, pensamientos y objetivos de interpretación.
Sin duda alguna, una obra imperdible y ganadora durante el presente año de los premios de danza australianos (Australian Dance Awards) como: trabajo coreográfico más relevante, la mejor presentación de una compañía y la mejor intérprete femenina.
Los boletos para la presentación de la compañía durante el Festival Internacional Cervantino ya se encuentran a la venta a través del sistema Ticketmaster.