El trabajo de Yoshitomo Nara se ha movilizado de tal forma que Nara se ha convertido en un artista de culto. Ha exhibido su trabajo en las galerías y museos más importantes de Asia, Europa y EUA.
“Pinto porque no puedo expresarme bien con las palabras. Lo intento de vez en cuando, pero después de hablar de ello lamento que estuvo mal planteado”.
Su trabajo ha sido vinculado con lo que en Japón se conoce como Kawaii, traducido al español como adorable. La cultura japonesa se encuentra impregnada de lo adorable, desde las actitudes y proporciones del anime y el manga, hasta el énfasis que se ha hecho a ciertas características de la personalidad, como la inocencia y el desamparo. Kirby, Picachú, Totoro, Los Ositos Cariñositos y Hello Kitty son algunos ejemplos.
Su estilo se ha mantenido así desde los inicios de su carrera: trazos simples y personajes bidimensionales. Personajes aniñados y animales tiernos con un giro oscuro y travieso. Nara ha incursionado en el dibujo, la pintura, la escultura y la instalación.
Su inspiración está ligada a las experiencias de su adolescencia y a su gusto por el rock y el punk. El sentido detrás de su obra está ligado profundamente a su interés por la música, el aislamiento y la rebelión.
Nara también ha convertido su obra en objetos de consumo para el deleite de la sociedad asiática. Así, se ha posicionado como un auténtico artista Pop, comercializando su trabajo de todas las maneras posibles a través de ceniceros, juguetes, patinetas, relojes, postales, playeras, etc.