La generación Z prefiere ir a conciertos y viajar que gastar en cualquier otra cosa, y es bonito y está bien.
Las nuevas generaciones estamos creciendo con la idea de no involucrarnos en responsabilidades que necesiten mucho más de nosotros de lo que podemos dar; no es egoísmo ni irresponsabilidad, es consciencia y autocuidado.
Por ello, estamos enfocados en protegeros, abrazarnos, estar con nosotros y con los que nos acompañan… así como no perdernos de ningún concierto porque se han convertido en nuestra fuente de energía.
¿Preferimos gastar en conciertos que en cualquier otra cosa?
Sí. Vivimos en una época en la que preferimos pagar por experiencias que por cosas, y no porque tengamos un descontrol con nuestras finanzas, al contrario, es más bien por salud mental.
Nuestra generación está mucho más enfocada en proteger su salud mental y una de las mejores terapias (además de la psicológica) son los conciertos, escuchar música en vivo y ver a nuestros artistas favoritos.
Ni siquiera lo hacemos por el “desmadre” o el consumo de alcohol, es más bien desahogo, un momento pleno que podemos compartir con nosotros mismos o con nuestros amigos. Porque, sí, en esta cuenta amamos ir a conciertos solos.
Queremos ir a todos los conciertos posibles, a donde sea, porque queremos disfrutar de estos momentos que son el curita de nuestro corazón. Es como cuando el celular se queda sin batería y debemos conectarlo a la corriente, los conciertos es ese cargador de nuestro 1 por ciento.
La generación Z no bebemos en los conciertos
De acuerdo con gráficas de las promotoras de muchos recintos, la generación Z no bebemos tanto alcohol en los concierto como los boomers o algunos de los millennials.
Es decir, las personas nacidas entre 1997 y 2012 beben mucho menos alcohol que las generaciones pasados, esto, obvio, ha tenido un enorme impacto en el modelo de negocio de las grandes y medianas empresas de entretenimiento.
“Una de las grandes tendencias que estamos observando es que la Generación Z no bebe tanto. La mayor parte del precio de la entrada se destina a la banda, así que los locales subsisten gracias a las bebidas. No va a ser una fuente de ingresos sostenible”, confirmó Dayna Frank, promotora del estado de Minneapolis.
Los conciertos como una terapia
Las sensaciones que experimentas en un conciertos son únicas y el saber que otras miles de personas están sintiendo lo mismo que tú te llena de energía.
De repente, para nosotros, ver a nuestros artistas favoritos se convirtió en una aspiración importante en nuestra vida, por eso nos es tan fácil hacer lo que sea por estar allí, escuchando nuestra canción favorita en vivo. Y cuando no lo logramos, sí, sentimos mucha tristeza.
La mayoría de nuestras deudas se centran en viajes y conciertos porque creemos que esas experiencias nos dejan mucho más que un consumo compulsivo de cualquier otra cosa, y también nos preocupamos por nuestro ahorro a largo plazo porque estamos conscientes de que nuestra vejez no tendrá las mismas condiciones que las generaciones pasadas.
Lo cierto es que no hay nada de malo en todo esto, al final todos tenemos ciertas pasiones que nos van a motivar en la vida y si hacemos el esfuerzo por solventarlas, y lo logramos, entonces todo vale la pena.
https://www.youtube.com/watch?v=2MFpSC4AoD4
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