Este artículo fue originalmente publicado por Rodrigo Ayala el 3 de diciembre del 2018.
Su nombre médico es trastorno del espectro autista (TEA), pero es mejor conocido popularmente como autismo, una condición neurológica que comienza su desarrollo en la infancia y dura toda la vida en la que la persona ve comprometida la manera de relacionarse con su entorno. No existe una sola sintomatología de los paciente con autismo, ya que existen variantes y manera de comportarse, pero a continuación abordaremos las más comunes.
El autismo es una condición cuyas causas aún son desconocidas, pero se habla de la presencia de ciertos genes e irregularidades en algunas zonas del cerebro como las causas fundamentales, además de ciertas condiciones ambientales. Es necesaria la ayuda profesional para que los niños con autismo desarrollen de la mejor manera posible su capacidad de interactuar con el ambiente.
Síntomas más comunes del autismo
Los pacientes no atienden a las órdenes, diálogos o conversaciones de los demás, incluso ni siquiera los miran a los ojos. Su capacidad verbal y expresiva para comunicarse puede verse seriamente limitada. Existen en ellos acciones repetitivas e intereses limitados. Otro síntoma es el lento desarrollo de un lenguaje claro y fluido y su incapacidad de responder cuando se le llama por su nombre.
En la niñez, los niños con autismo muestran una escaso interés en entablar relaciones con otros niños de su edad y una clara incapacidad de sostener diálogos o conversaciones para explorar su alrededor.
Síndrome de Asperger
A menudo se señala una similitud entre el autismo y el Síndrome de Asperger, otra condición neurológica que compromete la convivencia del paciente con su entorno. Lo cierto es que forma parte de los trastornos del espectro autista, aunque se señala menos grave que éste. Esta condición afecta aproximadamente a entre 3 y 7 de cada mil niños (de 7 a 16 años) y es más recurrente en niños que en niñas.
Hay una línea muy reducida entre el autismo y el Síndrome de Asperger ya que las características de este último suelen ser las mismas que el autismo: incapacidad de llevar una vida social normal, intereses reducidos o rutinas repetitivas. El Síndrome de Asperger se distingue porque los pacientes suelen tener una inteligencia promedio y un desarrollo del lenguaje normal, sin embargo, su interés social es escaso o extraño, ya que pueden tener comportamientos extravagantes que los aíslan de los demás.
Los aquejados con Síndrome de Asperger carecen de expresividad facial y no tienen capacidad de leer el lenguaje corporal de los demás. Hay un retraso motor y físico, así como intereses limitados y preocupaciones peculiares. Asimismo los pacientes expresan problemas para leer, escribir y para resolver problemas matemáticos.
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