Pareciera que estamos condenados. Todos hemos visto imágenes que muestran la gigantesca aglutinación de plástico que flota como una isla en el mar Caribe. El plástico se ha convertido en un problema serio para el medio ambiente, pues no se degrada, y lo que no se recicla como botellas y bolsas se quedan en los océanos y tardan más de mil años en desaparecer. Se crean enormes islas de plástico, lo que afecta a la biodiversidad marina. En la actualidad no existe una playa que no se salve de esta desgracia y debemos saber cómo ayudar para que la contaminación se reduzca.
Merren Tait, habitante de Nueva Zelanda, se propuso en 2013 pasar un año entero sin consumir plástico después de ver el documental Midway: Message from the Gyre, de Chris Jordan. El documental permite ver la realidad detrás del consumo de plástico. Merren se sintió tan afectada que decidió hacer conciencia sobre el tema e informar a toda la gente que fuera posible. El plástico logra desintegrarse, pero nunca desaparecer, por lo que es bastante nocivo, pues se comporta como una toxina, lixiviando en el suelo y las corrientes de agua. Si tomamos en cuenta que producimos más de 225 millones de toneladas de plástico al año, nos enfrentamos a un panorama francamente desolador. La mejor recomendación que nos da Merren es pensar como nuestros abuelos, preguntarles o investigar qué hacían ellos antes de la llegada del plástico. Tu mejor aliado para este proceso será el ingenio.
Reduce, recicla y reutiliza, esto ayudará a ganar la guerra contra el plástico y los desechables. Siempre existen otras soluciones para evitar el consumo del plástico, más allá de reducir el consumo de artículos que lo contengan. Ésa es una pieza clave para la reducción del producto inútil, pero siempre puedes aprovechar otras alternativas si el mal ya está hecho. Sí, el plástico vuelve tu vida más fácil y es sumamente difícil concebir un mundo en el que el corporativismo y el consumismo no dependa de ello, pero en el fondo hay que asumir que es un cáncer para la vida desde todo punto de vista, pues afecta al medio ambiente, problema que se mantendrá por muchas generaciones más. Como todos los cambios a menudo se impulsan desde la conjunción de pequeñas iniciativas, desde alguna parte hay que comenzar. Aprender a vivir sin plástico será complicado pero no imposible. A continuación varias formas en las que puedes contribuir para lograrlo.
Evita comprar botellas de plástico
Utiliza termos o reutiliza las botellas que ya compraste. Las botellas de plástico se han convertido en uno de los principales problemas de residuos a escala mundial. De ellas se producen 1,5 millones de toneladas de plástico desechable por año, ya que no todas son totalmente reciclables.
Dile no a los popotes
Los popotes tardan aproximadamente 100 años en degradarse. Estamos tan acostumbrados a usar este pequeño instrumento que y ni siquiera nos damos cuenta del daño que le hacemos al medio ambiente. El Foro Económico Mundial prevé que en 2050 habrá más plástico que peces en el mar. Una parte de la solución es sustituir los popotes de plástico y usar popotes de bambú, de aluminio o de acero inoxidable.
Carga una bolsa reutilizable
Cuando vayas a hacer tus compras, carga con una bolsa de tela que puedas usar todas las veces que quieras. Se utilizan un millón de bolsas cada minuto y una sola tarda hasta mil años en degradarse. Al no contribuir con el mercado del plástico y emplear alternativas, poco a poco verás que es más rentable y ecológico.
Compra productos empaquetados en cartón o vidrio
Los alimentos, sobre todo los congelados siempre vienen en empaques de plástico. Evitar su compra ayudará a bajar el consumo de alimentos tan procesados y evitar sus productos químicos en los envases. El vidrio y el cartón son más fáciles de reciclar, tardan menos tiempo en descomponerse y son mucho menos dañinos para el medio ambiente.
Ya no más cubiertos desechables
Aunque sea más fácil el consumo de los cubiertos y utensilios desechables, es hora de dejarlos en el olvido. Utiliza platos, vasos y cubiertos de madera, bambú y acero inoxidable para evitar el uso del plástico inútil.
Las pinzas de madera son una mejor opción
Compra pinzas de madera. Recuerda que las pinzas que usas para tender la ropa son de plástico y al tener un tiempo de vida útil se convierten rápidamente en desperdicios, por lo que llegan a consumirlas los animales con hábitats amenazados. El uso de pinzas de madera ayudará a conservar los bosques y mantener el cuidado en las zonas rurales.
Utiliza copa menstrual
Deja a un lado las incómodas toallas sanitarias. Dile hola a la copa menstrual, que es mucho más cómoda y te ayudará a ahorrar dinero. Con una sola copa menstrual sustituyes cientos de tampones y miles de toallas femeninas y, por supuesto, ayudas a cuidar al medio ambiente. Las toallas y tampones tardan muchos años en desintegrase, mientras que la copa menstrual es reutilizable.
Evita los rastrillos desechables
En el mundo se utilizan aproximadamente 2 millones de rastrillos desechables al año. Es decir, montañas enormes de plástico y navajas que causan una contaminación de aproximadamente 200 años. Puedes usar un rastrillo eléctrico, pues su duración es mucho más extensa y no generan tantos desperdicios, o rastrillos de una sola cuchilla, que son eficaces, ecológicos y económicos.
Compra alimentos en envases de vidrio
Consumir alimentos en envases de vidrio te ayudará a reciclar y darle otro uso. Al terminar el producto, lávalos y guarda otros alimentos para evitar empaques de plástico. Además, estos envases son más estéticos que los tóxicos plásticos.
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