Penes gigantes, situaciones absurdas y mujeres insaciables, únicamente depositarias de placer. No hace falta ser un experto en sexualidad para saber que la pornografía es una visión distorsionada del erotismo, la intimidad y los encuentros sexuales en pareja.
No obstante, un sinfín de adolescentes que crecen viendo películas y videos de la industria inician su vida sexual pensando que aquellas escenas sobreactuadas se asemejan a la vida real, imitando conductas irreales que lejos de mejorar el momento, proveen incomodidad y un sinfín de satisfacciones incumplidas: nada más falso; sin embargo, no todo en el porno está perdido. Existen algunas lecciones de esta industria que puedes tomar para mejorar tu vida sexual, aquí las más importantes:
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Cualquier momento (y lugar) es bueno para el erotismo
El argumento es lo de menos en el porno. Basta que un par de actores compartan una mirada para que la escena que comenzó con un saludo seco termine en dos horas de sexo salvaje sin parangón. Evidentemente, la vida real es distinta, pero aun así hay una lección que aprender de la pornografía: cualquier momento puede convertirse en un instante erótico. Basta que tengas espontaneidad, imaginación y complicidad con tu pareja para atreverse a experimentar encuentros que no sólo serán sorpresivos, también ardientes.
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Disfruta del sexo como si no existiera nadie más
Los gemidos a todo volumen, una cama que no deja de rechinar y las exclamaciones de placer llegan al absurdo en el porno sólo para recordarte una máxima del sexo: disfrútalo tanto como puedas. Desinhíbete, déjate llevar y evita pensar en todo lo demás. Lo disfrutarás como nunca.
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El sexting y los relatos eróticos son el mejor afrodisiaco
La atracción y el deseo inician en el órgano sexual por excelencia, el cerebro. Practicar sexting, enviar relatos eróticos a tu pareja o escribirle una breve descripción de tus intenciones para esa noche nunca estarán de más para estimular la imaginación y subir la temperatura al máximo. Atrévete a potenciar el erotismo en tu relación y nunca volverás a quejarte de la monotonía del sexo.
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Hay vida (y placer) más allá del misionero y la cama
69, flor de loto, de perrito o carretilla… el porno es un catálogo de posiciones sexuales que deberías aprovechar para intentar la próxima vez con tu pareja. Evidentemente, algunas resultan tan incómodas como irrealizables, pero el punto está en tomar inspiración e intentar las que consideres que podrían resultar placenteras en tu siguiente encuentro sexual. Ve más allá del misionero, deja la cama a un lado y experimenta con tu pareja. El resultado será gratificante.
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El sexo es mucho más que la penetración
Uno de los errores más comunes durante el sexo es creer que únicamente se trata de meter y sacar el pene de la vagina a distintas velocidades y ritmos. En las películas porno, los actores se seducen antes de la penetración y en la vida real el petting, una sesión prolongada de caricias y besos, la masturbación mutua y otras prácticas que no involucran el coito son necesarias para estimular la respuesta sexual femenina y alcanzar el orgasmo.
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Da rienda suelta a tus fantasías
En el porno las fantasías suelen cumplirse en las situaciones menos esperadas. Es difícil que tu caso sea similar, pero puedes acercarte a tu pareja y expresarle cuáles son las situaciones que te gustaría experimentar y al mismo tiempo, escuchar sus fantasías. Ésta será una referencia para saber qué es lo que más le excita y conocer más a fondo sus deseos.
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La seguridad es crucial para tener sexo inolvidable
¿Qué hace ver a los actores y actrices del porno tan concentrados y apasionados durante el sexo? La seguridad. Ten por seguro que nunca tendrás el pene gigante ni un cuerpo tan voluptuoso como ellas, pero ésa no es ninguna limitante. En la vida real las siluetas obscenas del porno se sustituyen por cuerpos imperfectos: curvilíneos, delgados o de una forma tan particular como cada persona. El secreto no está en tu cuerpo, sino en tu seguridad. Siéntete imperfecta pero bella y transmítelo a tu pareja. En el sexo lo más importante es el placer, y si logran desinhibirse ambos, será excepcional.
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