Iniciar un nuevo año es un excelente momento para reescribir nuestra historia, queremos mantener los logros, eliminar los malos hábitos y, sobre todo, dejar de lado los fracasos. El reto es permanecer en este mood. A todos nos ha pasado que empezamos el año muy convencidos, emocionados y con una larga lista de propósitos; sin embargo, al pasar un par de semanas de intentarlos cumplir, los descartamos hasta casi olvidarlos.
Pero aún estamos a tiempo de no quedarnos en el intento. La primera pregunta que nos debemos hacer respecto a nuestras metas es: ¿tiene que ver con algo que en realidad quiero o necesito? O bien: ¿se trata de cumplir expectativas de otros? Si la primera respuesta es sí, entonces sigue leyendo. En caso de que no sea así, habrá que pensarlo dos veces. Si en verdad se trata de algo que quieres, el siguiente paso es definirlo de manera claro para que lo puedas alcanzar.
Existen muchos consejos motivacionales para perseverar, pero no siempre se trata de ganas, sino de no saber cómo hacerlo. Para ello, el modelo SMART es una buena herramienta que se utiliza en coaching para la definición de objetivos. Toma nota:
Specific
Nuestros objetivos deben ser lo más detallados posibles. Según estudios de PNL (Programación Neurolingüística) es mas sencillo programarnos hacia el éxito si lo definimos y, aún mejor, si los escribimos, lo que también favorece medir nuestro avance (M). Por ejemplo, si nuestra meta es “viajar este año”, tal como lo está redactado es poco específico. Requiere tener parámetros: ¿cuántas veces?, ¿en qué temporada del año?, ¿qué lugares te gustaría?, entre otras. Cómo ves, también será más sencillo para definir las acciones a seguir (paso por paso).
Medible
Dicen que lo que no se puede medir, no se puede controlar. Ya que conoces bien las especificaciones de tu meta (cantidad, tiempo, lugar), el siguiente paso es definir los parámetros para conocer nuestros avances e incluso hasta lograrlo. Un ejemplo muy claro es cuando nos proponemos bajar de peso. Es necesario hacerlo paso a paso, es decir, no vamos a bajar 10 kilos en una semana, entonces: ¿cuántos kilos es lo recomendado por semana?, ¿por mes?, ¿cuántas veces debes comer al día?, ¿cuántos vasos de agua debes tomar?, ¿cómo lo vas a monitorear? o ¿dónde lo vas a registrar?
Alcanzable
Debemos estar seguros de que es alcanzable. Recordemos que se trata también de algo que visualizamos, es decir, si creemos que no lo podemos lograr es posible que no lo hagamos (profecía autocumplida). En la medida que limitamos las posibilidades, nuestras acciones nos boicotearán de manera inconsciente para no conseguirlo (es real). Este es comúnmente el momento en el que nos rendimos y nuestro estado de animo se ve afectado. Puedes preguntarte: ¿por qué no podría lograrlo?, ¿conoces a alguien que lo ha alcanzado?, ¿cómo lo hizo? Si conoces personas cercanas o incluso personajes de la Historia que han logrado salir adelante, lee más sobre su vida y es probable que eso te dé más argumentos.
Realista
Cuidado, es diferente decir que una meta es alcanzable a que sea realista. A veces nos confundimos entre no ser realista y tener la creencia de que “yo nunca podré lograrlo”. Es necesario conocer nuestras fortalezas y debilidades, de esta manera, sabremos con qué recursos contamos y cuáles hay que desarrollar o mejorar. Nos ha pasado cuando nos gusta un deporte, vemos la diferencia entre apreciarlo en la pantalla que jugarlo. Es probable que tengas que empezar por periodos cortos, cambiar hábitos de alimentación, hacer cardio antes de comenzar, etc.
Temporizado
Nuestra meta debe tener un inicio y un limite de tiempo. Por eso, siempre que nos proponemos algo y lo logramos muchos de nuestros hábitos se ven beneficiados, entre ellos, la organización del tiempo. Seguro te has dado cuenta que es más fácil visualizar los avances cuando te pones metas por semana. Si, en este caso, la meta está a fin de año, puedes poner metas graduales durante los meses previos. Con ello también podrás identificar las oportunidades y las buenas prácticas.
Lo más importante es que seas positivo contigo y reconozcas los malos hábitos como los pequeños logros. Un estudio británico llevado a cabo en el University College de Londres ha demostrado que se requieren 66 días para que se cree un hábito y pueda mantenerse durante años. Es decir, si en ese tiempo “repetimos algo cada día en la misma situación, se convierte en una reacción automática ante dicha situación”.
**
Se nos dice de manera constante que debemos perder el miedo para poder atrevernos a hacer lo que realmente nos gusta; sin embargo, estas son las razones que te recomendamos conocer para que te des cuenta de que el miedo también te puede llevar a tener las mejores experiencias de tu vida.
**
Fuentes:
Muy Interesante
Wikipedia
Libro: Covey, Sean, 4 disciplinas de la ejecución