¿Te burlarías de alguien que ha perdido un hijo?
La pregunta suena dura e incluso un poco inesperada; requiere situarse en la vida de otra persona, crear empatía con ella y comprender a profundidad su pesar. Aunque no se haya vivido un hecho similar, existe este vínculo humano que provoca sentir pena por la otra persona (a pesar de que sea desconocida). Esa simple interrogante vuelve imposible el hecho de burlarse de la pérdida, pues se tiene conciencia del dolor que esto conlleva, ¿cierto?.
Entonces, si es lógico no reírse de una tragedia semejante, ¿por qué hay personas que consideran la bipolaridad y distintos trastornos mentales como un chiste? Tal vez tenga que ver con que una cantidad insólita de hombres y mujeres usan estos términos clínicos sin saber qué significan, crean una versión distorsionada de dichas condiciones y se las adjudican sin ningún sentido.
“Soy bipolar”, repiten miles de adolescentes en Internet. Cientos se adjudican esta enfermedad como si fuera un atributo positivo que los define; comparten imágenes con frases que hablan del tema y anuncian que tienen una personalidad voluble e incontrolable. Su ignorancia los lleva a pensar que el hecho de cambiar de estado de ánimo con facilidad (como cualquier adolescente entre 12 y 18 años), es un síntoma de su bipolaridad.
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¿Qué es ser bipolar?
El trastorno o desorden bipolar sí es responsable de súbitos cambios de ánimo, pero también es más complejo de lo que se piensa. Esta enfermedad tiene distintos niveles y reacciones; la bipolaridad genera desde una felicidad anormal acompañada de un exceso de energía y un pensamiento acelerado, hasta episodios de psicosis que impiden el razonamiento lógico, la conciliación del sueño y que provocan una irritabilidad extrema. El individuo que sufre este trastorno tiene dificultad para tomar decisiones e incluso puede poner en riesgo su vida durante algún episodio maníaco. Ellos van de una alegría inverosímil a un doliente y agudo desequilibrio.
Después de la euforia viene la depresión: una gran caída hacia la tristeza y oscuridad. Los aquejados pueden tener una desconexión total con el mundo, dejar de hablar por días y estar inmersos en sus pensamientos durante largos periodos de tiempo, lo cual puede llevarlos al suicidio. En muchos casos la ansiedad jamás desaparece, no importa en qué fase se esté, la inestabilidad acompaña de manera permanente a la bipolaridad.
Ahora ser bipolar no suena tan parecido a lo que muchos describen como “pasar de ser felices a sentirse tristes de repente”, ¿verdad?
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¿Por qué decir que eres bipolar sin ser diagnosticado demuestra tu ignorancia?
La incapacidad de comprender el irreversible daño psicológico que causa un trastorno mental, es una muestra clara de lo inculto y desinformado que se puede estar (además es una falta de respeto). Distintos estudios afirman que alrededor del 15 % de los pacientes con bipolaridad se suicidan, mientras que el 40 % se hace daño de distintas maneras (por ejemplo, abusar de sustancias o cortarse con una navaja). Por lo tanto, si alguien considera que etiquetarse bipolar es una forma normal o lógica de justificar su mal humor, evidentemente se encuentra clavado en un mar de ignorancia.
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¿Cómo dejar de confundir la bipolaridad con simples cambios de humor?
No es recomendable buscar los síntomas de esta enfermedad en Internet, mucho menos es aconsejable autodiagnosticarse antes de visitar a un experto. En cualquier caso se debe acudir con un especialista para comenzar un tratamiento si es que en verdad se padece algún trastorno. Los pacientes pueden tener una vida normal una vez diagnosticados y tratados, pero se requiere de ayuda profesional.
Informarse evita que se caiga en modas de Internet que sólo se mofan de un término médico para llamar la atención. El mal uso de la palabra “bipolar” es una ofensa grave para quienes sufren el trastorno. Es momento de ser lógicos y críticos, de investigar antes de aseverar.
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Fuentes:
Bipolar-Lives, WebMD & Psychiatric Times.