Sentirse bien en el hogar es uno de los máximos placeres de tu vida, pues es el espacio donde pasamos la mayor parte del tiempo y donde nuestra intimidad merece una armonía absoluta. Sin embargo, no siempre es posible lograrlo. Para conseguirlo existen técnicas, o más específicamente filosofías como el feng shui, que ayudan a que cada elemento de tu espacio vital te esté situado de manera correcta para que las energías fluyan de manera positiva.
El feng shui (que literalmente se traduce como viento y agua) es una filosofía china que se encarga de que cada uno de los elementos que conforman tu hogar (personas, muebles, plantas, ventanas, espejos…) estén situados de la manera adecuada en un determinado espacio para que los ríos de energías y vibras te llenen de bienestar. Cada detalle de lo que compone tu hogar, como los materiales con los que están fabricados los muebles, los colores que usas en tus cortinas, etcétera, están relacionados con los que experimentas en tu casa.
No es necesario que adquieras nuevos muebles o que hagas costosas ampliaciones en tu casa para que las energías corran de manera favorable: el feng shui nos dice que acomodando de manera distinta ciertos elementos de tu sala o tu recámara, usando coordenadas esenciales en el proceso para detectar las posiciones esenciales, basta para sentir de inmediato una armonía distinta con tu entorno y los demás.
Los expertos en feng shui afirman que existen tres espacios clave donde deben aplicarse los principios de esta técnica filosófica: la entrada de tu hogar, la cocina y los dormitorios. Aplicando de manera correcta el feng shui en estos territorios se revuelve el 90% de los problemas de armonía en tu hogar, ya que en la entrada del hogar se resuelve la calidad de energía que penetra en tu casa; en la cocina se define la calidad de los alimentos que influirán en tu nutrición y tu salud, mientras que en los dormitorios se encuentra la energía que definirá la calidad de tu descanso, tu recuperación de enfermedades y los vínculos afectivos.
Una parte fundamental de la teoría del feng shui son los cinco elementos de la naturaleza y su relación armónica entre ellos: Fuego, Tierra, Metal, Agua y Madera. En tu hogar siempre habrá algo que represente estas unidades del universo: el fuego a través de las lámparas, la tierra por medio de las vasijas de barro, el metal en muebles o utensilios de cocina, el agua a través de fuentes o estanques donde habitan peces y la madera por medio de las plantas que adornen tus espacios.
Sin embargo, el principal sustento de la doctrina del feng shui es el aliento vital o chi, una especie de energía muy poderosa que circula en el universo y determina la calidad de sentimientos y percepciones de las personas con su entorno. Un buen acomodo de los objetos de tu hogar hará que este aliento vital o chi circule de manera positiva.
Para muchos el feng shui es tan sólo considerada una pseudociencia sin sustento alguno, mientras que otro sector está firmemente convencido que todo lo que hay en tu hogar y la forma en que está distribuido o colocado influye en la manera en que te sientes en dicho espacio.
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