Las incomodidades llegan junto con un olor desagradable que emana de un fluido entre blanquecino y grisáceo sobre la vagina. El líquido es acompañado de una persistente comezón y picor, incluso durante las relaciones sexuales o al orinar. Muchas mujeres pensarían que se trata de una infección vaginal, lo cual es cierto, sólo que no es cualquier infección: podría tratarse de la misteriosa vaginosis bacteriana. Las causas de esta enfermedad se desconocen a ciencia cierta, por lo que se sigue estudiando para llegar a una certera conclusión.
La vaginosis bacteriana no se transmite por vía sexual, como dice la sexóloga Ximena González, ya que se trata de un desequilibrio en el interior del área íntima femenina. Ella recomienda el uso de preservativos, pues se sospecha que el semen tiene la capacidad de acelerar la aparición de los síntomas. Médicos y estudiosos han concluido que la causa de este mal comienza cuando el lactobacilo acidófilo es sustituido por altas concentraciones de bacterias anaerobias, sobre todo Gardnerella vaginalis y Atopobium vaginae.
Esto es provocado por una serie de circunstancias que incluyen factores hormonales, inmunológicos, genéticos, raciales, sexuales, hábitos nocivos, higiene íntima no adecuada, entre otros aún por definir.
Algunos médicos sospechan que tener una nueva pareja sexual o un número extenso de ellas, puede causar la aparición de esta infección. Esto aplica tanto para las mujeres que mantienen relaciones sexuales con hombres como con otras mujeres.
Es un hecho que la gran incidencia de esta enfermedad se centra en mujeres de edad reproductiva (14 a 49 años) y en algunos casos tiende a reincidir. Es importante mencionar que hay casos en los que no se presenta ningún síntoma, lo que aumenta el misterio en torno a esta infección.
Algunos expertos recomiendan que las mujeres procuren usar preservativo durante las relaciones sexuales y eviten las duchas vaginales. Es decir, lavados del interior de la vagina, pues hay que recordar que esta área tiene un mecanismo de autolimpieza. Las mujeres en etapa de embarazo que tengan vaginosis bacteriana corren riesgos considerables de sufrir un parto prematuro o que su bebé nazca con baja de peso.
Es necesario un tratamiento adecuado prescrito por un profesional, jamás intentes automedicarte. Si la vaginosis bacteriana no se trata a tiempo y de manera adecuada, puede avanzar hasta alcanzar zonas como el útero o las trompas de falopio, causando infecciones más delicadas. Los medicamentos a los que los médicos recurren pueden ser administrados por vía oral o en forma de gel o cremas.
Un hecho fundamental que debes tener en cuenta es que, según estudios llevados a cabo en 2012 por la Universidad de California en San Francisco (UCSF), la vaginosis bacteriana aumenta el riesgo de contraer VIH. La investigación estudió a 2 mil 236 mujeres infectadas con VIH, quienes habían padecido de vaginosis bacteriana también. Concluyendo que esta enfermedad aumenta hasta tres veces el contagio de VIH.
A pesar de los múltiples enigmas alrededor de la vaginosis bacteriana, toma en cuenta los tips que aquí mencionamos para evitar cualquier afectación en tu cuerpo. Asiste con tu médico si presentas un síntoma similar o cualquier otro que te haga sospechar de una infección vaginal.
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Por si tienes dudas respecto a esta área genital tan delicada, lee acerca de las 10 cosas que no sabías de la vagina y conoce los consejos de un ginecólogo para cuidar tu vagina.
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Fuentes:
El País
Family Doctor
CDC