Al morir, el cerebro del célebre físico Albert Einstein fue extirpado para su análisis médico. El objetivo era saber cómo estaba constituida la mente de uno de los hombres más inteligentes que ha visto la historia. El patólogo Thomas Stoltz Harvey fue el encargado de dirigir la autopsia. Al lo largo de 40 años se dedicó a analizar el cerebro aunque jamás logró ver nada extraordinario que lo distinguiera del de una persona “normal”. Durante este periodo, Thomas Stoltz Harvey diseccionó el cerebro en 240 partes y envió más de 170 láminas a diversos estudiosos y laboratorios para compartir cómo estaba constituida su pieza de investigación. «El cerebro de Einstein tenía un córtex prefrontal extraordinario, lo que pudo contribuir a sus excepcionales capacidades cognitivas», señaló la antropóloga Dean Falk, de la Universidad del Estado de Florida, una de las tantas que tuvieron acceso a las láminas del científico.
Además de su gran capacidad mental que lo llevó al desarrollo de postulados acerca de la Teoría de la Relatividad y la ley del efecto fotoeléctrico, que le valieron obtener el Premio Nobel de Física en 1922, Einstein fue un defensor a ultranza del pueblo judío, ya que él llevaba sangre judía en las venas. Se opuso igualmente al régimen nazi y los horrores de la guerra.
Einstein fue además un profuso escritor de cartas dirigidas a colegas y familiares para hablar acerca de los temas que más lo inquietaban. Cuando los horrores de la Segunda Guerra Mundial estaban por comenzar y más tarde se encontraban en todo su apogeo, su actividad aumentó de manera considerable emitiendo todo tipo de juicios y opiniones acerca de la manera en que los nazis procedían contra el pueblo judío.
En la primavera de 1929 escribió que «el pueblo mismo debe tomar la iniciativa para asegurarse de que nunca más serán llevados a la matanza. Esperar protección de sus gobiernos es una locura». En diversas declaraciones a la prensa puso de manifiesto su preocupación por el arribo de los nazis al poder de Alemania.
Antes de que Hitler fuera proclamado Canciller de Alemania, Einstein prefirió huir a los Estados Unidos y asentarse con su esposa en California. «Mientras yo tenga alguna opción en el asunto, viviré solo en un país donde prevalecerán la libertad civil, la tolerancia y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Estas condiciones no existen en Alemania en la actualidad», dijo.
Antes de que Hitler ordenara el despido de Einstein de la Academia Prusiana, éste renunció a ella causando la indignación de sus enemigos. Previo a que Alemania se sumiera en los combates de la Segunda Guerra Mundial y en sus siniestras acciones contra el pueblo judío, Einstein escribió: «No puedo entender la respuesta pasiva de todo el mundo civilizado a esta barbarie moderna. ¿No ve el mundo que Hitler está apuntando a la guerra? En el corazón de Europa hay un poder, Alemania, que obviamente está empujando hacia la guerra con todos los medios disponibles».
Viendo que Alemania representaba un serio peligro para el mundo, Einstein, por medio de dos cartas enviadas al presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt, le instaba a la preparación de armas que fueran letales y llevaran al final de la contienda. Se refería a la bomba atómica. Aquí se reproduce íntegra una de ellas:
Albert Einstein Old Grove Rd. Nassau Point Peconic, Long Island
2 de Agosto de 1939
Franklin D. Roosevelt Presidente de los Estados Unidos White House Washington, D.C.
Señor: Algunos trabajos recientes realizados por Enrico Fermi y L. Szilard, de los cuales he sido informado en manuscritos, me llevan a esperar, que el elemento uranio pueda convertirse en una nueva e importante fuente de energía en el futuro inmediato. Ciertos aspectos de la situación que se ha producido parecen requerir de vigilancia, y si fuera necesario, de una rápida acción por parte de la Administración. Por ello, creo que es mi deber llamar su atención sobre los siguientes hechos y recomendaciones:
En el curso de los últimos cuatro meses ha surgido la probabilidad – a través del trabajo de Joliot en Francia así como el de Fermi y Szilard en los Estados Unidos – de que pudiéramos ser capaces de iniciar una reacción nuclear en cadena en una gran masa de uranio, por medio de la cual se generarían enormes cantidades de potencia y grandes cantidades de nuevos elementos similares al radio. Ahora parece casi seguro que se podría lograr este objetivo en el futuro inmediato. [Nota del traductor: Se lograría en diciembre de 1942].
Este nuevo fenómeno podría conducir también a la construcción de bombas, y es concebible – aunque con menor certeza – que puedan construirse bombas de un nuevo tipo extremadamente poderosas. Una sola bomba de ese tipo, llevada por un barco y explotada en un puerto, podría muy bien destruir el puerto por completo, así como el territorio que lo rodea. Sin embargo, tales bombas podrían ser demasiado pesadas para ser transportadas por aire.
Los Estados Unidos sólo cuentan con vetas de uranio muy pobres y en cantidades moderadas. Hay muy buenas vetas en Canadá y en la anterior Checoslovaquia, mientras que la fuente más importante de uranio está en el Congo Belga.
En vista de esta situación, podría usted pensar que es deseable establecer algún tipo de contacto permanente entre la Administración y el grupo de físicos que trabajan en reacciones en cadena en los Estados Unidos. Una posible forma de lograrlo podría ser comprometer en esta función a una persona de su entera confianza, la cual tal vez podría servir de manera extraoficial. Sus funciones serían las siguientes:
a) contactar con los Ministerios del Gobierno, manteniéndolos informados de los próximos desarrollos, y hacer recomendaciones para las acciones de Gobierno, poniendo particular atención en el problema que supone asegurarse un suministro de mineral de uranio para los Estados Unidos.
b) acelerar el trabajo experimental, que en estos momentos se efectúa con presupuestos limitados de los laboratorios de las universidades, mediante la aportación de financiación si es que fuera necesario, a través de contactos con particulares del ámbito privado que estén dispuestos a hacer contribuciones para esta causa, y tal vez obteniendo también la cooperación de los laboratorios industriales que cuenten con el equipo necesario.
Tengo entendido que Alemania ha detenido actualmente la venta de uranio de las minas de Checoslovaquia recientemente tomadas por la fuerza. Esta acción podría entenderse teniendo en cuenta que el hijo del Sub-Secretario de Estado Alemán, von Weizäcker, está asignado al Instituto Kaiser Guillermo de Berlín, donde algunos de los trabajos con uranio realizados en los Estados Unidos están siendo replicados. [Nota del traductor: Alemania invadió Checoslovaquia poco antes de que Einstein escribiera esta carta].
Sinceramente suyo, Albert Einstein
Uno de los científicos más célebres de todos los tiempos cambió la historia de una manera que ha causado debates entre historiadores y científicos. Centrándonos en su alto nivel de inteligencia, te proponemos conocer el acertijo de Einstein que sólo el 2% de la población puede resolver. ¿Crees que seas capaz de hacerlo? Conoce más acerca de este personaje mediante los 10 datos que probablemente ignorabas sobre su filosofía y vida.