Más allá de las ruinas Incas de Machu Picchu, la estatua del Cristo Redentor, o Cristo de Corcovado, en Brasil, es uno de los colosos más emblemáticas de América del Sur, y se le considera uno de los símbolos de Brasil.
El icónico monumento, situado en la cima del cerro del Corcovado, no sólo es uno de los sitios turísticos más visitados por ofrecer una espectacular vista de Río de Janeiro, la Montaña Pan de Azúcar, Copacabana e Ipanema, sino que figura dentro de las 7 Maravillas del Mundo moderno desde el año 2007.
La historia del monumento data de hace más de 80 años. Específicamente entre 1926 y 1931, periodo en el que fue construido.
La iniciativa la tuvo el sacerdote francés Pierre-Marie Boss quien planeó construir un símbolo religioso que representara la fe de los brasileños en la iglesia católica. Pero no fue hasta la década de los veinte cuando un grupo de creyentes desarrolló una campaña nacional de recaudación de fondos (liderada por la Iglesia Católica) con la finalidad de que la construcción del monumento se hiciera realidad.
Así, en 1923, el ingeniero Heitor da Silva Costa ganó el concurso para liderar este proyecto; sin embargo, la emblemática representación no hubiera sido posible sin el diseño del artista plástico Carlos Oswald y la labor del escultor francés Paul Landowski, quien moldeó la cabeza y manos del Cristo.
Entre los materiales empleados para la construcción estuvieron piedras provenientes de Suiza, concreto y esteatita. En 1931 el costo de llevar a cabo el emblemático monumento fue de 250 mil dólares, monto que en la actualidad equivaldrían a 3.2 millones de dólares aproximadamente.
Aunque en el diseño inicial la imagen religiosa portaba una cruz y un globo terráqueo, ambos elementos fueron sustituidos por los brazos en cruz y una inclinación de la cabeza de la figura. Gran parte del monumento fue construido por partes y piezas, mismas que fueron llevadas individualmente hasta la punta del Corcovado.
A pesar de que el proyecto tuvo complicaciones y protestas por su carácter anti-constitucional y falto de laicidad, el símbolo de Brasil pudo fusionar arquitectura, representada en los cimientos del cuerpo y brazos, y escultura en las manos y cabeza.
La construcción de esta estatua, la más grande representación de Art Deco y la quinta más grande representación de Cristo en el mundo, tomó cinco años y finalmente fue inaugurada en octubre de 1931.
Con 38 metros de altura y un peso de mil 200 toneladas, el símbolo religioso, que fue construido para celebrar el centenario de la independencia de Brasil, es hoy el mirador panorámico más famoso de Brasil y el icono carioca en el mundo.