A todas las niñas rebeldes del mundo:
Ustedes son la esperanza.
Ustedes son la fuerza.
No den ni un paso atrás
y todas avanzarán.
Francesca Cavallo y Elena Favilli
Cuando pensamos en el nombre de una mujer que haya cambiado el mundo y que viniera en algún libro de texto nuestra mente suele quedar en blanco. ¿Por qué? Durante mucho tiempo la Historia se ha encargo de invisibilizar los nombres de todas las mujeres que han creado grandes obras literarias, estudios científicos, aportes a la tecnología, a la física, a la música, etcétera; sin embargo, estas pioneras en su campo no han recibido el reconocimiento y el espacio que se merecen para hablar de lo que hicieron, ya que aún existe una disparidad a la hora de hablar sobre el trabajo de ambos géneros. Todavía nos preguntamos por qué no se han reconocido a más mujeres en la ciencia, o por qué no se les ha otorgado más oportunidades a ellas en el deporte, o por qué cuando se trata de citar autores siempre olvidamos a las escritoras, incluso es posible que en toda nuestra formación académica los libros que tuvimos nos enseñaron muy pocos nombres de precursoras que obtuvieron el éxito a pesar de las circunstancias y épocas en las que vivieron.
¿De qué están hechas las mujeres y las niñas rebeldes? De sueños, de esperanzas, de valentía y, sobre todo, están libres de estereotipos. Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes 2, editado por Planeta, es la nueva entrega del bestseller internacional que ha logrado inspirar a las niñas de todos los rincones del mundo a soñar en grande, aspirar a más y a luchar con fuerza. Este segundo tomo es una colección totalmente inédita de cuentos que celebran a más mujeres extraordinarias, desde Nefertiti, Violeta Parra, Beyoncé, Rosalind Franklin, hasta Mary Shelley y J. K. Rowling. Las autoras, Elena Favilli y Francesca Cavallo, lo describen como: “la serie de cuentos es una pequeña parte de una conversación mucho más grande que cualquiera de nosotras. Mucho más grande que nuestras esperanzas individuales. Y mucho más grande que nuestros miedos”.
Por eso, queremos compartirte algunos nombres e historias de las mujeres que podrás encontrar en el libro:
1. Chimamanda Ngozi Adichie (Nigeria, 1977) — Escritora
“Había una vez en Nigeria una niñita llamada Chimamanda que adoraba los libros. Leía todos los que podía encontrar y, cuando cumplió siete años, comenzó a escribir sus historias.
Chimamanda siempre había vivido en Nigeria. Comía mangos y jugaba bajo el sol todo el año. Aun así, todos los personajes de sus historias eran blancos: tenían ojos azules, comían manzanas y jugaban en la nieve.
—No creía que la gente con la piel color chocolate pudiera aparecer en los libros —dijo.
Un día, Chimamanda se dio cuenta de que eso era una tontería y comenzó a buscar libros africanos con gente africana en ellos. Aunque vivía en África, estos fueron más difíciles de encontrar que los libros europeos o estadounidenses llenos de gente blanca (…).
Chimamanda se convirtió en una escritora excepcional. Viajó por el mundo contando historias sobre Nigeria y América, sobre mujeres y hombres, sobre la migración y los salones de belleza, sobre la moda y la guerra (…)”.
2. Aisholpan Nurgaiv (Mongolia, 2003) — Cazadora con águila
“Había una vez una niña de 13 años llamada Aisholpan, quien vivía en las heladas montañas de Altái. Durante siete generaciones, los hombres de su tribu habían cazado con águilas reales para proveer a sus familiares de comida y pieles.
Las águilas reales son criaturas enormes y feroces, con afiladas garras y picos curvos que pueden ser extremadamente peligrosos, pero para Aisholpan simplemente eran hermosas. Deseaba entrenar a su águila, así que un día le dijo a su padre:
—Papá, sé que las niñas nunca han hecho esto, pero si me enseñas, seré buena en ello.
Su padre, que era un gran cazador con águila, lo pensó y le dijo
—Eres fuerte. No tienes miedo. Puedes hacerlo.
(…)
Aisholpan se convirtió en la primera mujer en entrar a la competencia del Águila Dorada en Ölgiy, Mongolia. Siguiendo su ejemplo, otras tres chicas comenzaron a entrenar para convertirse en cazadoras con águila”.
3. Beyoncé (Estados Unidos, 1981) — Cantautora y empresaria
“Beyoncé tenía seis años cuando su papá comenzó a vender boletos para que la gente fuera a su casa a verla cantar y bailar. Cuando le dijo a su mamá que quería iniciar un grupo musical con sus amigas, su mamá dijo:
—Bueno, les haré los trajes.
Y así nació Destiny’s Child.
Beyoncé era la reina del grupo. Era entregada, comprometida y quería aprender tanto como fuera posible sobre todos los aspectos del negocio de la música.
Al principio, su papá fue su mánager. Pero cuando decidió que quería tener el control de su carrera, Beyoncé le pidió que se hiciera a un lado. Madonna, la gran cantante y compositora, era su modelo a seguir. Como Madonna, Beyoncé no sólo quería ser una cantante popular…, quería ser poderosa. Y justo eso fue lo que logró.
(…)
Cuando le pidieron presentarse en el medio tiempo del Super Bowl, el evento deportivo más importante de Estados Unidos, entró al estadio seguida de un ejército de bailarinas, todas vestidas de negro. Con su cautivadora canción ‘Formation’ entonó un himno del empoderamiento negro frente a cien millones de espectadores.
Hoy es la estrella pop viva más influyente en todo el mundo”.
4. Katherine Johnson (1918), Dorothy Vaughan (1910-2008) y Mary Jackson (1921-2005) — Científicas computacionales
“Todos los días Katherine, Dorothy y Mary iban juntas en coche a la NASA, la agencia encargada del programa espacial estadounidense. Las tres eran científicas brillantes, y su trabajo era resolver complejos problemas matemáticos para garantizar que los astronautas pudieran viajar con seguridad por el espacio.
Cuando la NASA compró su primera computadora IBM de transistores, sólo unas cuantas personas en el mundo sabían cómo usarla para los negocios… ¡y nadie sabía cómo usarla para viajar al espacio! Así que Dorothy aprendió sola el lenguaje de programación que la computadora entendía, Fortran, y logró que el sistema funcionara.
Cuando el astronauta John Glenn estaba por despegar en un viaje para orbitar la Tierra, dijo que no confiaba del todo en la computadora y le pidió a Katherine que revisara ella misma los cálculos de la trayectoria.
—Si ella dice que los números son correctos…, estoy listo para despegar —afirmó.
Al presentarse la oportunidad de trabajar en el Túnel de Presión Supersónico, Mary se ofreció como voluntaria. Se especializó en el comportamiento del viento alrededor de los aviones, y se convirtió en la primera mujer afroamericana en ser ingeniera aeronáutica.
Katherine, Dorothy y Mary superaron retos increíbles, pero sus contribuciones a la ciencia y la tecnología se desconocieron por muchos años. Hoy son celebradas como tres de las figuras más inspiradoras en la historia de los viajes espaciales”.
5. Audrey Hepburn (Bélgica, 1929-1993) — Actriz
“Había una vez en Holanda una niñita llamada Audrey, que comía tulipanes. Pero no lo hacía porque amara las flores, sino porque tenía mucha hambre. La vida en Holanda durante la Segunda Guerra Mundial era dura: nunca había suficiente comida en la mesa y Audrey sentía a menudo el dolor del hambre en su estómago vacío. Los bulbos de tulipán no sabían bien, pero evitaban que muriera de hambre.
Al crecer, Audrey se mudó a Inglaterra y se convirtió en actriz de cine. Era admirada por todo el mundo por su figura elegante y su radiante belleza. La buscaban los más famosos diseñadores y se convirtió en un ícono de la moda, distinguible por su vestidito negro, sus guantes largos y su tiara de diamantes.
(…)
Pero Audrey quería hacer algo más que simplemente estelarizar películas y ser admirada por su ropa: deseaba ayudar a los demás, en especial a los niños pobres y con hambre, niños tan hambrientos como ella lo estuvo alguna vez. Dedicó su vida a apoyar a la Unicef, la misma organización humanitaria que la ayudó cuando era una niña en medio de la guerra. Audrey creía que ningún niño debería pasar tanta hambre que tuviera que comer bulbos de flores”.
6. Billie Jean King (Estados Unidos, 1943) — Tenista
“Había una vez una tenista formidable llamada Billie Jean. Fue una campeona que ganó todos los torneos más importantes de su tiempo, pero había algo que le molestaba profundamente. En esa época, las jugadoras ganaban sólo una parte de los premios monetarios que se otorgaban a los hombres.
—¿Por qué debería una mujer recibir menos? —protestó Billie Jean—. Vendemos la misma cantidad de boletos.
—Simplemente es así —le respondieron los organizadores del torneo.
—Hagan algo al respecto —dijo ella—, o voy a boicotear su torneo.
Los organizadores se rieron, pero ella no estaba bromeando. Junto con otras nueve tenistas creó su circuito con diecinueve torneos y muchos patrocinadores importantes.
(…)
—El lugar de la mujer está en la cocina, no en la cancha de tenis —declaró Bobby Riggs, un tenista que en verdad creía que las mujeres valían menos que los hombres.
(…)
Billie Jean y Bobby Riggs se enfrentaron en un juego histórico llamado la Batalla de los Sexos. Treinta mil personas en el estadio y cincuenta millones de espectadores por televisión la vieron derrotar a Riggs sin perder un solo set.
Al final, los organizadores del Abierto de Estados Unidos cumplieron su exigencia, convirtiéndolo en el primer torneo importante de tenis que ofrecía un premio económico igual a hombres y a mujeres. Gracias a Billie Jean, hoy el tenis es uno de los pocos deportes donde las mujeres y los hombres han alcanzado un pago equivalente en los torneos más relevantes”.
Las autoras de este libro, Francesca Cavallo y Elena Favilli, crecieron en Italia. Están incluidas en la lista de bestsellers del New York Times y su trabajo ha sido traducido a más de 30 idiomas; han sido reseñadas y han escrito para distintas publicaciones incluidas The Guardian, Vogue, The New York Times, El País, Los Angeles Times, Colors Magazine, Corriere della Sera y La Repubblica. Son fundadoras de Timbuktu y viven en Venice, California. Así que si quieres conocer a las 100 mujeres que forman parte de Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes 2 (Editorial Planeta), te aseguramos que soñarás increíble y, ¿quién sabe?, quizás esta vez sí te atrevas a empezar a construir tus sueños en realidades.
Gracias a aquellas mujeres que han formado parte de nuestra vida, que admiramos y queremos seguir sus pasos, Cultura Colectiva y Editorial Planeta han organizado una master class con Paulyna Ardilla —coordinadora de infografías en CC— para invitar a ilustradoras que quieran aprender, durante una sesión, a crear un personaje y dibujar la vida de una mujer como en Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes.
Lo único que tienes para convertirte en una de las cinco seleccionadas, ganar un libro y aprender a ilustrar artículos editoriales, es enviar tu book a dinamicas@culturacolectiva.com. Tienes hasta el 21 de mayo. El taller se impartirá el 31 de mayo en las oficinas de Cultura Colectiva.
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Si quieres conocer a las mujeres que integran la primera parte de este libro, te recomendamos leer este artículo.
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Fragmento del libro Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes 2 (Planeta), © 2017, Timbuktu Labs, Inc., por Elena Favilli y Francesca Cavallo. © Traducción: Graciela Romero Saldaña. © 2018, Editorial Planeta Mexicana, S.A. de C.V. Cortesía otorgada bajo el permiso de Grupo Planeta México.