En la mañana del miércoles 9 de noviembre el mundo despertó gris; fueron distintas las ciudades envueltas en nubes negras, no de las que te hacen querer quedarte leyendo en tu cama, sino de aquellas que anuncian que una larga tormenta está por venir. Periódicos estadounidenses reflejaban el estado de ánimo de una parte importante de su población con encabezados como el de AM New York “To The Bitter End” , y el de Daily News “House of Horrors”; en el extranjero, el diario canadiense Le Journal de Montréal anunciaba la noticia de que Trump había ganado las elecciones con un “Oh my God!” y Excelsior, de México, con “¡A temblar!”.
Los días posteriores no fueron mejores. Estados Unidos se vio dividido, por una parte, estaban quienes marchaban en las calles bajo el lema “Trump is not my president”, mientras que otros dibujaban esvásticas y mensajes racistas en las paredes o llevaban banderas confederadas en sus coches. Se dice que en tan sólo una semana 400 ataques en contra de musulmanes, latinos, homosexuales, mujeres e inmigrantes fueron reportados.
Todos leímos y escuchamos sobre las declaraciones polémicas de Donald Trump a lo largo de su campaña, de las cuales la mayoría están cargadas de odio y falta de respeto hacia distintos grupos y minorías; sin embargo, Trump no es el único que representa un peligro hacia los derechos humanos, también lo es el ultraconservador vicepresidente electo, Mike Pence; es un claro ejemplo de cómo tantos años de lucha por la inclusión y equidad podrían dar un paso hacia atrás.
Pence, quien se autoproclama “cristiano, conservador y republicano” es conocido partidario de las terapias de conversión. Es decir, tratamientos médicos para cambiar la orientación sexual de una persona homosexual a heterosexual. En el año 2000, en su campaña para el Congreso, había entre sus planes un apartado llamado “fortaleciendo la familia americana”, en la cual se encontraban, entre otras, las siguientes propuestas:
1. Congress should oppose any effort to put gay and lesbian relationships on an equal legal status with heterosexual marriage.
2. Congress should oppose any effort to recognize homosexual’s as a “discreet and insular minority” entitled to the protection of anti-discrimination laws similar to those extended to women and ethnic minorities.
3. Congress should support the reauthorization of the Ryan White Care Act only after completion of an audit to ensure that federal dollars were no longer being given to organizations that celebrate and encourage the types of behaviors that facilitate the spreading of the HIV virus. Resources should be directed toward those institutions which provide assistance to those seeking to change their sexual behavior.
Más adelante, en 2006, Mike Pence buscó convertirse en líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, con el propósito de promover los “valores conservadores”; aunque no lo logró, en 2009 fue presidente de la Conferencia Republicana.
En 2015 aún como gobernador de Indiana, Mike Pence promulgó la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa que, en pocas palabras, le otorgaba el derecho a los comercios para discriminar a las personas de las comunidades LGBTTTI. El propósito de esta ley era que los jefes de los negocios actuaran con respecto a sus principios religiosos; sin embargo, la oposición a la ley fue tan grande que el gobernador se vio obligado a aprobar una revisión en la que especificó que la ley no otorgaba discriminación.
Pence es, también, un importante opositor del aborto. Además de hacer un recorte importante a los fondos de Planned Parenthood (la organización más grande en cuanto a abortos y salud reproductiva), a principios de 2016 firmó una ley anti-aborto tan controversial a la que, incluso, republicanos “pro-life” estuvieron en contra; esta ley prohibía los abortos en caso de que el bebé tuviera síndrome de Down o cualquier otra discapacidad, sin importar que la salud de la madre estuviera en riesgo; se dice que la ley buscaba que tras un aborto se realizara un funeral obligatorio. La legislación fue bloqueada por un juez federal, pero esto no evitó que millones adoptaran una postura en contra de Mike Pence.
En sus primeros días como vicepresidente electo, el ex-gobernador de Indiana ha tenido que lidiar con el descontento de millones de estadounidenses. El 15 de noviembre se reportó que miles de ciudadanos estaban donando dinero a la asociación Planned Parenthood a nombre de Mike Pence, con el propósito de protestar en su contra; al hacer una donación, el donante recibe un certificado, por lo cual se espera con ansias la reacción de Pence al recibir miles de estos.
Por otra parte, el viernes 18 de noviembre Mike Pence asistió al musical “Hamilton” donde la mayor parte de la audiencia lo recibió con abucheos; al final de la obra, uno de los actores principales leyó una carta de todo el elenco dirigida a él y mencionó: “nosotros, señor, somos el diverso Estados Unidos que está alarmado y preocupado de que su nueva administración no nos proteja”; aunque a la mañana siguiente Donald Trump exigió que el elenco se disculpara con Pence, estos se rehusaron y defendieron el mensaje que buscaban dar.
Fue hace un año y medio cuando todos celebrábamos la legalización del matrimonio gay en Estados Unidos; banderas de colores decoraban las fotos de perfil en Facebook y el hashtag #LoveWins le daba la vuelta al mundo junto con fotos de parejas felices. Ahora, con Trump y Pence en el poder, es difícil mantener esa actitud optimista; puede que creamos que el odio ha ganado esta vez; sin embargo, esto no significa que la lucha vaya a detenerse.
Al igual que el elenco de la obra y las personas que han protestado con donaciones o con manifestaciones en las calles, nosotros, alrededor del mundo, podemos ayudar. ¿Cómo? Al no dejar de amar, de respetar y de unirnos en contra de lo que nos rompe como sociedad. Tal vez así, algún día, a pesar de todos los obstáculos que se nos han presentado, tengamos el mundo con el que siempre hemos soñado, porque love wins, always.
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Fuentes
Democracynow, Time, New York Times, El Español, Vox, Cosmopólitan, Webarchive.
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Luego de saber la noticia de que Trump se convertirá en el hombre más poderoso del mundo, han surgido muchos cuestionamientos y temores sobre cuál será el proceder de su gobierno o si cumplirá sus promesas de campaña; sin embargo, hay una red social que jugó a favor de este candidato: ¿Podría Facebook instaurar a un dictador en los próximos años?… Aunque algunos dicen que debemos tomar lo positivo ante el acontecimiento, por ello conoce las 3 cosas que todos aprendimos de la victoria de Trump y podemos aplicar de manera optimista a nuestra vida.
