Los innumerables beneficios de la tecnología han podido aplicarse cada vez con mayor éxito en el área de la salud. Sin embargo, varios estudios científicos han retomado los que ofrece la práctica más elemental del ser humano: la música.
De acuerdo a un nuevo análisis realizados por psicólogos de la McGill University, en Canadá, el placer que produce la música en quien la escucha, produce inmunidad al estrés, además de facilitar la construcción de lazos afectivos.
Sea el género que sea, y a pesar de su clasificación, la música causa un efecto indiscutible en quien la descubre, acortando la distancia entre personas, o, en algunos casos, haciéndola más grande. La capacidad de crear sentimientos tan diversos, es precisamente la base de la que parten estos hallazgos.
La musicoterapia es objeto de estudio de gran interés en el ámbito médico y se considera una disciplina integral en tanto que concibe al paciente como un conjunto de mente, cuerpo y espíritu.
Su objetivo es desarrollar el potencial de cada persona a través de la experimentación del sonido, con la ventaja de contribuir a una mejora importante en la salud mental y física del paciente, sin necesidad de utilizar esclavizantes fármacos, así la música se toma con un camino para devolver la posibilidad de vivir en un entorno más natural y descontaminado.
Si estos beneficios han pasado inadvertidos, es porque esta práctica ha acompañado al hombre desde siempre y, al menos hasta ahora, nunca antes se hizo una pausa para estudiarla. Además de la importancia que representa para la ciencia y la vida del hombre, con estos estudios se ha expuesto en un campo riguroso la liga existente entre el arte y lo más profundo del ser humano.
Hoy se puede afirmar que la música es medicina, aunque lo más importante radica en que complementa y hace mejores personas a quien la escucha.