Según el Antiguo Testamento, está escrito que Dios mandó a sus seguidores a asesinar a todos los cananeos (Deuteronomio 20:17), quienes inventaron uno de los primeros alfabetos conocidos pero de quienes no se tiene registro escrito porque sus papiros no soportaron el paso del tiempo. Sin embargo, el genetista del Instituto Sanger del Welcome Trust, en Reino Unido, Chris Tyler-Smith, confirmó que eso es mentira.
“La Biblia informa de la destrucción de las ciudades cananeas y la aniquilación de su pueblo. De ser cierto, los cananeos no podrían haber contribuido genéticamente en forma directa a las poblaciones actuales”, dice el estudio de Tyler en la American Journal of Human Genetics.
Junto con su equipo de científicos, Tyler ha analizado cinco cadáveres que se encontraron en Sidón (Líbano), una de las principales ciudades cananeas hace casi 3 mil 600 años, y han encontrado ADN en los restos que comprueban que los cananeos no fueron eliminados, sino que ocuparon de manera continua sus urbes durante la Edad de Bronce y Hierro.
Haber encontrado ADN en restos tan antiguos hace a la tarea de este equipo importantísima, pues hasta hace unos años la tecnología no permitían revelar elementos claros en genética por condiciones climáticas tan simples como la humedad y el calor.
El equipo recurrió a una técnica de taladrado de hueso petroso, el más denso del cuerpo, que ya permitió secuenciar el ADN de un antiguo africano, para extraer suficiente ADN de los cinco cananeos y compararlo con el de 99 libaneses vivos.
Así pues, los resultados del estudio indican que el ADN de los cananeos se transmitió de generación en generación y hoy es predominante en todos los libaneses en un 90 por ciento. Eso explica que el color de pelo y ojos sea similar, y que la piel mantenga la misma gama pero más clara.
*Ara Malikian, violinista libanés tocando en asentamiento de Kamed. Foto: Especial.
Además de no haberse diluido el parentesco de esta región del Mediterráneo, la investigación arrojó que los cananeos descendían de los agricultores que se asentaron en Oriente Medio durante el Neolítico (hace 5 mil años) y se cruzaron con inmigrantes del este de Eurasia.
Este trabajo podría ser el inicio de próximos análisis de otros pueblos que no dejaron textos escritos.
“Este linaje debe ser común entre toda la gente de Oriente Próximo y podemos estar bastante seguros de que su peso será similar en los habitantes de los países vecinos”, según el estudio del equipo de Tyler.