El conflicto armado que vive Siria sigue dejando víctimas mortales, pero esta vez no se trata de un bombardeo, ni armas de fuego; la forma de atacar llegó a un nivel más alto y este martes 4 de abril se registró un supuesto ataque químico que dejó como saldo al menos a 58 personas muertas, entre ellas 11 menores de edad.
Esta información fue revelada por el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), que también detalló que este ataque con gas tóxico se registró en la localidad de Jan Sheijoun, en la provincia de Idlib, la cual se encuentra bajo el control de fuerzas rebeldes; el organismo internacional, con sede en Londres y que cuenta con una amplia red de informantes en Siria, atribuyó estos actos a los aviones del gobierno de Bashar al Asad y Rusia.
“Hay más de 400 afectados por el gas tóxico, tienen problemas respiratorios y vómito”, explicó en una conversación con agencias Abu Alaa, encargado de la evacuación de heridos. “Existen varias clínicas en Idlib, pero los casos más graves serán trasladados al hospital instalado cerca del paso Bab al Hawa, en la frontera con Turquía”.
Las personas que no puedan ser tratadas a ese hospital, serán llevados a nosocomios turcos para atenderlos y tratar de salvarles la vida. Según declaraciones de los médicos que han recibido a los afectados, las víctimas de este ataque presentan sangrado de boca y nariz, dilatación de pupilas y sufren convulsiones, por lo cual sospechan que el químico utilizado sea gas sarín.
“Todos están horrorizados y los niños están en estado de shock total”, declaró el portavoz de los equipos de rescate de la defensa civil, Mohammad Hassoun, quien recibió a 14 heridos en la localidad de Sarmin. “El número total de heridos es increíble”.
La provincia de Idlib es uno de los últimos bastiones del control rebelde en Siria, por lo cual se encuentra sometido a una campaña de bombardeos aéreos, a pesar de que a principios de este año se había pactado un alto al fuego por parte de Rusia y Turquía para facilitar las negociaciones y buscar una solución al conflicto armado.
Este ataque ocurre pocos días después de que la organización Médicos Sin Fronteras denunció uno similar en la provincia de Hama, el cual dejó al menos 50 afectados y no se pudo determinar el tipo de sustancia química utilizada.
La Organización de las Naciones Unidas ha acusado a todas las partes del conflicto armado en Siria de utilizar agentes tóxicos en la guerra, provocando que la mayoría de las víctimas sean civiles y no personas que participan activamente en el combate.
Después de este ataque, la oposición al régimen de Bashar Al Asad solicitó al Consejo de Seguridad de la ONU que abra una investigación para determinar a los culpables de esta agresión, sin embargo el gobierno sirio negó que ellos tengan armas químicas porque estas fueron entregadas a la comunidad internacional para destruirlas tras un acuerdo firmado con Rusia y Estados Unidos.
La guerra de Siria hasta el momento ha dejado más de 300 mil personas sin vida, de las cuales se estima que un tercio fueron civiles; además ha provocado que más de 10 millones de sirios dejen sus hogares para movilizarse a zonas más seguras dentro del país o buscar refugio internacional que los aleje del infierno que implica vivir en medio de un campo de batalla.
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