Aunque parezca más que bizarro (en el sentido anglosajón de la palabra), Salvador Dalí trabajó con el fotógrafo Pompeo Posar en 1973 para hacer una sesión fotográfica con modelos de la famosa revista para adultos Playboy, donde las modelos posaban junto a extraños huevos gigantes.
Dirigida en Cadaqués, ciudad natal del pintor en Cataluña, España; la sesión se llevó acabo a un lado del mar en la casa de Dalí en Port Lligat. El evento se convertiría en una gran sensación ya que el pueblo, mayoritariamente devoto católico, alababa a Salvador por su nuevo proyecto y por “traer chicas tan atractivas”, decía un medio local.
”El significado de mi trabajo es la motivación que es el más puro. La colaboración con Playboy fue buena al igual que su pago y mi trabajo”, dijo el pintor después de terminar el proyecto.
En estrecha colaboración con el fotógrafo italiano de Playboy, ”El Divino” creó unos bocetos para el rodaje que incluía un huevo gigante hecho de materiales plásticos con una serpiente gigante rodeándolo, así como diversos collages de imágenes que iban desde una botella de coca-cola hasta figuras de esculturas renacentistas. La atracción principal: las ‘conejitas’ de Playboy, quienes posarían en la periferia del huevo.
El intenso trabajo y perfeccionismo de Dalí hizo que la sesión fuera repetida en múltiples ocasiones, principalmente por las sombras que, según el pintor, no eran las adecuadas para el “resultado final”.
Las fotografías publicadas muestran una sensación provocativa al más puro estilo de Dalí, ”magníficamente extrañas para la vista”, dijo Pompeo Posar. El fotógrafo describió a los medios que incluyó en los bocetos preliminares de Dalí una edición especial para detallar más su obra, incluyendo al pintor en el trabajo. La edición tardó en publicarse hasta diciembre de 1974.
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