La violencia en México tiene secuestrados a los habitantes de ciertas regiones en las que ni el despliegue de las Fuerzas Armadas han logrado enfriar el clima inestable y tenso que se vive.
Habitantes de las comunidades de Pedro Ascencio Alquisiras, en el municipio de Ixcapuzalco, y Canuto Neri, en Acapetlahuaya, denunciaron que desde el sábado 20 de mayo se encuentran sometidos por presuntos integrantes del cártel de La Familia Michoacana que opera en el sureño estado de Guerrero.
Los vecinos de Ixcapuzalco reportaron que desde ese día los presuntos criminales cortaron los servicios de energía eléctrica y telefonía local para evitar que se denuncie a las autoridades lo que está ocurriendo en esas comunidades.
El Centro de Control, Comando, Comunicación y Cómputo (C4) del Gobierno federal también confirmó que recibieron reportes de que un grupo de hombres armados que se identifican como miembros de La Familia Michoacana están robando mercancía a los camiones de empresas y también a vehículos particulares.
Según sus reportes, sólo permiten circular al transporte público, pero no sin antes detenerlos en los retenes que tienen instalados en la carretera que que va hacia Acapetlahuaya, en el norte de Guerrero, para interrogar a los pasajeros.
Los habitantes de esas localidades informaron al periódico El Sur que a pesar de los reportes que le han hecho a las autoridades, ninguna corporación de seguridad ha recorrido la zona. Ni policías ni efectivos del ejército mexicano han hecho acto de presencia para tratar de evitar que los criminales sigan teniendo control de las comunicaciones de las localidades afectadas.
“Estamos sitiados desde hace cuatro días por la gente de El Pescado (Johny Hurtado Olascoaga, identificado como miembro de La Familia Michoacana en Guerrero)”, dijo un habitante de la región que prefirió guardar su anonimato en entrevista para El Sur. “Los alimentos se están echando a perder y ya no hay nada de movimiento.
Además de esta situación, el hombre afirmó que también comienza a escasear el agua potable debido a que los camiones repartidores ya no van a esa zona por temor a ser víctimas de los criminales que tienen sitiadas las localidades de Pedro Ascencio Alquisiras y Canuto Neri.
En esa misma zona, dentro del municipio de Acapetlahuaya, fue donde el sábado 13 de mayo siete reporteros fueron retenidos por un grupo de hombres armados que les quitaron su equipo de trabajo y una camioneta, además de impedirles adentrarse a esa comunidad para evitar que quedara registro de sus actividades criminales; los hechos se volvieron aún más llamativos porque justo en la carretera que lleva a ese municipio existen dos retenes militares.
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