En la célebre novela de Bram Stoker, Drácula (1897), el personaje del que alrededor se crea una de las historias más trascendentes de la literatura universal en la que las referencias eróticas y las resonancias simbólicas construyen el retrato de una época, es el conde vampiro de Transilvania: Drácula. El mítico personaje está inspirado en el príncipe Vlad Tepes (Vlad Draculea, Vlad III), conocido como “El empalador” por su método para castigar a sus enemigos y opositores, y con el que se sabe ejecutó a más de 100 mil personas.
Una estudiante de posgrado llamada Erika Stella declaró haber hallado la supuesta tumba del príncipe Tepes durante una investigación en el claustro de Santa María la Nova, en Nápoles, Italia, como parte de su trabajo para acreditar su doctorado en la Universidad de Tallin.
Según con el portal ABC, la lápida descubierta data del siglo XV, que coincide con el tiempo en el que vivió “El empalador” hasta su muerte en diciembre de 1476. Alrededor de los últimos días del sanguinario conde, de quien, se sabe, se encargó de construir un reino de terror y muerte para mantener alejados a los otomanos, existen muchos mitos; algunas versiones señalan que murió en batalla en Bucarest, otras cuando fue hecho prisionero en una mazmorra por los otomanos y unas más que residió en Nápoles hasta su muerte. Ésta versión podría hacer sentido con el sepulcro hallado en la ciudad italiana y que está cubierto con símbolos de la región rumana de Transilvania.
La lápida está cubierta con esculturas en bajo relieve, figuras de dragones en alusión al conde y dos esfinges opuestas que representan a la ciudad de Tebas. Estos fueron descifrados por los especialistas quienes participan en el hallazgo. Destaca que entre los símbolos está escrito “Conde Drácula”, según los investigadores.
Se está en la espera de los permisos para abrir el sepulcro y analizar los restos que los expertos podrán confirmar o desmentir si se tratan del príncipe Vlad Tepes.
De acuerdo con algunas versiones, el Castillo de Bran, en Rumania, fue el hogar del príncipe rumano, por lo que la asociación de esta fortaleza con la historia propuesta por Stoker (quien se inspiró en Bran para describir la morada del Conde) le dio a la construcción el nombre popular del Castillo de Drácula. Hoy se sabe que probablemente “El empalador” nunca habitó el castillo, no al menos como residente oficial, pues pasó sólo dos días encerrado en una mazmorra cuando el territorio estuvo ocupado por los otomanos; la verdadera residencia del príncipe fue el Castillo de Poenari.
Con información de El Universal.