El “efecto ruso” sigue causando intranquilidad en las potencias occidentales, cuando de ambiente electoral se trata, en este caso el nerviosismo de una posible intervención en los resultados finales, acecha las campañas políticas francesas, donde los candidatos se mantienen divididos en cuanto a Rusia respecta. En un mar de inseguridad e incertidumbre por la intervención de Moscú, los candidatos mantienen posturas desiguales, dando un rumbo nunca antes visto en la carrera por la presidencia del gobierno francés.
Tras las sospechas de la intervención del Kremlin en las elecciones estadounidenses, Francia mantiene la guardia en alto, previo a los comicios que se llevarán acabo el 23 de abril.
El núcleo de la división política electoral en Francia reside en la disputa entre “europeístas” quienes se declaran partidarios de la globalización, centrados en la cultura europea, y los “nacionalistas”, criticados por utilizar medios populistas para el convencimiento de las masas. Dicho núcleo es un impulsor que determina el tipo de relación entre Francia y Rusia, las posturas de los candidatos con respecto a Putin se vieron expuestas el lunes, tras el primer debate televisivo.
Postura de los candidatos con respecto a la relación con Rusia
Los dos candidatos que encabezan las encuestas populares son Emmanuel Macron del partido centrista ”En Marcha”, considerado por la opinión pública como el representante europeísta y Marine Le Pen, del partido de derecha Frente Nacional quien representa el nuevo nacionalismo francés.
Le Pen, por un lado, es partidaria de la salida de Francia de la Zona Euro, defensora del nacionalismo económico y detractora de la inmigración. Su política es claramente prorrusa, después de que se reuniera con Putin el viernes.
Le Pen ve en Rusia un aliado de los pueblos de Occidente donde Putin juega un papel sustancial para el desarrollo de la política exterior francesa.
Durante su reunión, Putin negó su influencia para alterar las elecciones galas, reclamando el derecho a comunicarse con los aspirantes a la presidencia del gobierno. “Probablemente soy la única candidata que comparte una visión de cooperación y no de sumisión con respecto a Rusia y Estados Unidos”, exclamó la candidata Le Pen a los medios de comunicación en el Kremlin.
Por otro lado, el candidato del centro Emmanuel Macron, quien fuera asesor económico de la actual administración, es considerado defensor del Estatus Quo en materia de política exterior, apoyado por el actual mandatario François Hollande. Se autodenomina como representante de un movimiento político y dinámico en el que pretende superar las diferencias entre derecha e izquierda. Busca mantener y fortalecer la presencia de Francia en la Unión Europea por medio de mecanismos económicos renovados. Su discurso con respecto a Rusia es mantener cierta distancia con el Kremlin sin desarticular ni descuidar las relaciones bilaterales, refugiándose en el poder político de la Unión Europea frente al gigante ruso.
Prorrusos versus occidentalistas
El candidato izquierdista, Jean-Luc Mélenchon llamó a diseñar un ambiente donde las distintas ideologías políticas convivan en un marco de tolerancia y respeto, se pronunció a favor de un discurso sobre seguridad internacional, interponiendo los contrapesos de Rusia y Estados Unidos para la estabilidad.
Citando al General De Gaulle, quien promovió la reconciliación de las fracciones políticas en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, expresó que “en Francia, la apertura a Rusia es una tradición diplomática”.
La controversia entre ambas posturas con respecto a Rusia, se torna transversal, es decir, pasan tanto por derecha e izquierda y pueden influir de manera directa en los comicios electorales.
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