Al oeste de Crayfish Factory, en la costa occidental de la península del Cabo, Sudáfrica, grupos de entre 20 y 200 ballenas jorobadas nadan en supergrupos. El extraño comportamiento de las ballenas jorobadas en Sudáfrica es investigado por científicos, quienes se encargan de descifrar cuáles podrían ser las causas que definen ese comportamiento.
Hasta el momento, el grupo de mamíferos se dirige de manera habitual a una distancia lejana de donde solían reunirse en la Antártida con el único fin de alimentarse.
Quien se encuentra a cargo de esta investigación es Ken Findlay, que junto a sus colegas del Departamento de Asuntos Ambientales de Sudáfrica, han vivido grandes experiencias gracias a que las titánicas ballenas de 14 metros se pasean alrededor del bote pequeño donde ellos viajan, saltando muy cerca, mostrando su majestuosidad.
Gracias a ello, los científicos han podido apreciar cómo las ballenas se zambullen y se lanzan en repetidas ocasiones, comportamiento que se ha repetido en 2011, 2014 y 2015, cuando antes era realmente contrastante, ya que las ballenas solían ser menos “sociales” y ahora viajan en enormes grupos que se caracterizan por tener un movimiento súper fluido.
Aunque la investigación de campo llevada a cabo por el Departamento de Asuntos Ambientales de Sudáfrica es reciente, la revista New Scientist, ya había indicado que el comportamiento social en las ballenas jorobadas no era una característica propia de la especie, ya que solían viajar solas, en pareja o en pequeños grupos que rara vez llegaban a permanecer juntos.
Dichas investigaciones fueron realizadas desde aeronaves, desde donde se pudo capturar el momento en que los supergrupos se dieron vuelo alimentándose muy, pero muy lejos de sus típicas zonas de alimentación en las aguas polares de la Antártida.
Bien mencionó en alguna ocasión Frank Bruni, columnista del New York Times: “La semana, como el año, tiene estaciones; necesitamos vestir diferentes outfits para cada una”.Por el comportamiento de las ballenas jorobadas, la teoría de Bruni no suena tan errada e incluso podría resultar benéfica para la protección de la especie, aunque los investigadores habrán de inmersionarse más en las interacciones y cambios que presentan, sobre todo en materia del ambiente en el que comienzan a desenvolverse, donde el clima es totalmente diferente al que solían apegarse, además de alimentarse de krill y acumular sus respectivas reservas de grasa.Autor principal de la investigación de la Universidad de Tecnología de la Península del Cabo en Sudáfrica, Ken Findlay, supone que hasta el momento dicho cambio podría ser causa de que las presas de las ballenas también estén moviéndose de rumbo, dejando una disponibilidad de alimento muy poco propicia para su estabilidad y que sin embargo, gracias a la aparente planeación de las ballenas jorobadas en materia de ubicación y movilidad, su nivel de vida ha mejorado, manifestándose en un aumento de la población que, de continuar a la alza habrán de agradecerlo justo a su cambio de conducta y a los nuevos lugares donde se están asentando.
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