El Museo del Prado presenta la exposición Historias Naturales. Un proyecto de Miguel Ángel Blanco, organizada con la colaboración especial del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el apoyo de la comunidad de Madrid. Veintidós intervenciones realizadas por el artista madrileño en las salas del museo consistirán en la instalación de alrededor de 150 piezas de historia natural, procedentes en su mayoría del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC –animales, plantas o minerales- junto a 25 obras de la colección del museo que entrañan una estrecha relación con las mismas pero también con el propio edificio y con el entorno urbano del Paseo del Prado.
A través de la exposición, el recinto rinde homenaje a su historia y al origen de su edificio como museo de Historia Natural. Un 19 de noviembre de 1819, el Museo del Prado abría sus puertas por primera vez al público como Museo Nacional de Pinturas y Esculturas. Sin embargo, el primer origen del edificio neoclásico diseñado por Juan de Villanueva, que hoy sirve de sede al Museo del Prado, fue el de Real Gabinete de Historia Natural, tal y como lo ordenó Carlos III, en 1785.
El público visitante del museo verá cumplidos los deseos de Carlos III de albergar en el edificio Villanueva un Gabinete de Historia Natural. Por vicisitudes de la historia, las ciencias y las artes ya convivieron bajo el mismo techo en dos ocasiones: en 1827 y durante la Guerra Civil cuando se depositaron en el Prado piezas del Real Jardín Botánico y del Museo de Ciencias para su mejor custodia.
Para llevar a cabo este regreso a la historia y origen del museo, el artista Miguel Ángel Blanco no pretende reconstruir trescientos años después el Real Gabinete, “lo que he realizado en el Museo del Prado es una evocación de esa colección cuyo fantasma habita en el edificio Villanueva. Las veintidós intervenciones artísticas conforman un gabinete de futuro e incorporan un punto de vista creativo, interactuando con la colección permanente y favoreciendo una nueva forma de contemplación de las obras que ayude a su extensión imaginaria”.
Durante casi seis meses, las salas de la colección permanente albergarán, entre otras, algunas de las piezas que el propio Carlos III había adquirido al coleccionista y naturalista Pedro Franco Dávila para ese proyecto de Gabinete de Historia Natural que anteriormente había tenido como destino el Palacio de Goyeneche (actual sede de la Academia de Bellas Artes de San Fernando).