El 21 por ciento de los diputados federales en México no tiene estudios universitarios, lo que deja a los actuales legisladores como los peor preparados en más de una década, situación que preocupa en el Senado.
Sonia Rocha, legisladora del conservador Partido Acción Nacional, presentó una iniciativa para que el nivel académico mínimo requerido para ser diputado sea de nivel superior acreditado, con título y cédula profesional.De aprobarse, tendría que reformarse el artículo 55 de la Constitución mexicana, en el que se encuentran los requisitos para ser elegible y ocupar una curul en el Congreso.
En San Lázaro, como se le conoce a la Cámara de Diputados, desde que la actual legislatura comenzó labores el año pasado, 104 representantes de los mexicanos en el Congreso ocupan un asiento pese a sólo tener estudios de bachillerato, carrera técnica e incluso, la diputada del oficialista Partido Revolucionario Institucional la actriz Carmen Salinas, quien concluyó su educación formal en el nivel primaria.
Los requisitos para ser diputado federal son, entre muchos, ser ciudadano mexicano por nacimiento, tener 21 años o más, en caso de representar a algún estado tener residencia superior a seis meses en la entidad y no ejercer otro cargo público. No existe candado o referencia alguna al nivel educativo del candidato.En su intervención en el pleno, Rocha expuso que de imponer como requisito contar con un título profesional, las atribuciones de los diputados tendrían mayor calidad para cumplir con la representación adecuada de todos los ciudadanos.
Además, advirtió que la educación superior abre diversos panoramas para poder comprender mejor las necesidades de los ciudadanos, a fin de dar soluciones eficaces en cuanto a diferentes rubros de la sociedad, tanto científicos como sociales que en la actualidad se requieren.En 2015, la legisladora fue balconeada por su estancia entre el 12 y el 19 de abril de ese año en Doha, Qatar. En aquel momento, en el Congreso mexicano estaban restringidos los viajes internacionales con cargo al erario.El costo del boleto de la senadora por Querétaro fue el más caro, con un precio superior a los 152 mil pesos, además de que recibió viáticos por unos 200 mil pesos para su asistencia a un congreso de las Naciones Unidas sobre la Prevención del Delito y la Justicia Penal.
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