Como un atlante condenado por Zeus a cargar en sus hombros el peso del planeta, Italia ya no aguanta el contrapeso de la migración hacia sus costas. En la antigua Roma, el hermano de Prometeo, Atlas, tuvo que soportar como castigo lastrar con el cielo a mandato del máximo Dios del trueno.
Hoy la mitología griega se transformó en realidad cuando la Unión Europea (UE) ocupa el máximo puesto del Olimpo, y el pueblo fundado por los hijos de una loba, ya no puede más con el paquete de la intensa migración en sus puertos.
En lo que va del año, más de 83 mil personas provenientes de África y Medio Oriente han llegado a las costas de Italia en busca de asilo ante las distintas crisis de sus países de origen. Esto representa 85 por ciento de toda la migración hacia Europa. El cruce es por agua, en barcos improvisados donde la presencia de la muerte es latente, pero al otro lado del mar se encuentra Italia, tierra prometida para iniciar una nueva vida.
El Gobierno italiano ha destinado millones de euros en el rescate de migrantes en sus costas, pero ya no puede con la manda solo. La crisis migratoria ahoga a las arcas gubernamentales y el único salvavidas lo tiene el bloque europeo.
El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, realizó un llamado a Bruselas para llevar acabo el relevo en los hombros del Atlas y compartir las responsabilidades en el asilo y repartición de migrantes entre los socios del viejo continente, de lo contrario, su administración tendrá que cerrar sus puertos a los buques de rescate.
Por su parte, el ministro del interior italiano, Marco Minniti, mantuvo una reunión el domingo pasado en París con sus homólogos de Alemania y Francia. Las demandas fueron claras: la creación de una misión por parte de la Unión Europea en la frontera entre Libia y Níger para frenar las salidas desde África, la apertura del puerto de Malta para tener otra opción de entrada para los buques de rescate y por último, una extensa revisión de los acuerdos sobre la reubicación de los refugiados.
Según Minniti, el 95 por ciento de los inmigrantes son originarios de Libia, un país de tránsito. Además instó al apoyo financiero para Libia y crear un gobierno estable que demostró gran debilidad en sus instituciones que dejan libre el paso para los traficantes de inmigrantes.
La agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) reveló este lunes que la mitad de los migrantes que llegan a Libia de otros países africanos buscan hallar un empleo en ese país pero terminan huyendo hacia Europa.
Las principales razones son la inseguridad, inestabilidad y malas condiciones económicas de Libia, es una de las rutas más populares pero mortales debido a los constantes naufragios en el Mediterráneo.
El estudio de la ACNUR indicó que el 80 por ciento de los refugiados en Libia son hombres jóvenes que viajan solos, con una edad promedio de 22 años. Mientras que las mujeres en su mayoría son víctimas del tráfico de personas o explotación sexual. Finalmente, los niños representan el 14 por ciento de los migrantes a Europa, provenientes de Eritrea, Gambia y Nigeria.
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