Fue en 1999 cuando lo acusaron de un robo en Roeland Park, en Kansas City. Aunque fue sentenciado, Richard Anthony Jones siempre mantuvo el discurso de que era inocente.Él aseguró que cuando se cometió el crimen estaba con su novia y otros miembros de su familia, algo que no sirvió pues lo encerraron sin tener pruebas de ADN, huellas dactilares o alguna otra evidencia física, sólo testigos visuales que lo reconocieron con toda seguridad.Jones fue condenado a un mínimo de 19 años en prisión y todas sus apelaciones fueron rechazadas.
Ya en la cárcel, a Jones le aseguraban que por ahí había otro recluso que era muy parecido a él, no sólo físicamente, pues resultó que el recluso tenía el mismo nombre que él.Jones nunca se encontró con su doble en la prisión, pero cuando sus abogados se enteraron de esos rumores, comenzaron a buscar al sujeto.La sorpresa fue mayúscula pues descubrieron que además del increíble parecido, Ricky vivía en la misma área donde el crimen fue cometido, mientras que Jones vivía en la otra punta del estado de Kansas.
Fue este miércoles en una nueva audiencia donde los testigos que ayudaron a la detención, aseguraron que viendo las fotos de ambos hombres ya no podían afirmar que Jones fuese culpable. Aunque el otro hombre ha negado haber cometido el crimen, Jones ha sido puesto en libertad.”Nos quedamos atónitos al ver lo mucho que se parecían. Todo el mundo tiene un doble, por suerte encontramos al suyo”, afirmó a medios estadounidenses Alice Craig, la abogada de Jones.Durante su estancia en prisión, Richard Anthony Jones vivía enojado y frustrado por tener que cumplir una condena que no le correspondía, pero al ver la foto de Ricky y lo mucho que se parecían, entendió que los testigos lo confundieran.En la actualidad Jones recauda fondos para poder subsistir mientras se readapta a la vida en libertad a través de esta página de GoFundMe.
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