Las excavaciones marinas llevaron a los científicos a hallazgos para comprender la veracidad de los mitos antiguos y el ordenamiento de la cronología histórica de las primeras civilizaciones. “Los misterios de Osiris” es uno de ellos, mito fundador de la cultura egipcia, la milenaria historia marca el inicio del ‘Reino de los Faraones’.
El museo suizo de Reitberg expone la mayor colección de piezas halladas en las profundidades del mediterráneo que revelan los secretos de la vida antigua. Localizados en la bahía de Aboukir a unos pocos kilómetros de la ciudad de Alejandría en Egipto, se encontraban las antiguas ciudades de Canope y de Thonis-Heracleión.
La exposición de las piezas marinas vienen acompañadas de cuarenta artefactos de exposiciones provenientes de El Cairo y Alejandría con el fin de completar la experiencia de los espectadores sobre la leyenda de Osiris, dios egipcio de la muerte y la fertilidad. A su vez también se exponen fotografías del proceso de excavación y mantenimiento de las piezas submarinas, realizado por el Instituto Europeo de Arqueología Submarina.
Ciudad en las profundidades
Las ciudades fueron devoradas por el mar durante el siglo VIII de nuestra era, en una superficie marina de unos cien kilómetros cuadrados, los expertos aseguran que se hallaban las dos ciudades donde hoy en día sólo se ha podido recuperar el 10 por ciento de los indicios, dijo el comisario expositor del museo, Alex Langer.
Según expertos en geología histórica y arqueología, las ciudades se vieron afectadas por un cataclismo debido a una serie de fuertes terremotos que se registraron en aquel siglo. De la actual bahía, rescataron estatuas, objetos, restos de lo que se cree fueron templos y santuarios en su momento, por lo que se comprueba que eran ciudades espirituales.
De entre los artefactos que se encuentran en mejor estado se hallaron la Estela de Thoris-Heracleión que data del año 380 a.C que se trata de un decreto faraónico perteneciente a Nectanebo I. Gracias a este descubrimiento se puede conocer hoy en día cómo funcionaba la recolección de impuestos a las mercancías que entraban por el entonces puerto.
Muchos vestigios también sobrevivieron a la contaminación marina por el constante traslado de barcos y transportes marítimos, lo que dificultó la extracción por parte de los buzos ya que en cierta época del año, la visibilidad sobre el fondo del mar es casi nula.
Desde entonces, dos veces al año se realizan expediciones submarinas a la bahía egipcia con el propósito de encontrar nuevos elementos y protegerlos de actividades pesqueras o incluso, de saqueo.
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