Luiz Inácio Lula da Silva fue presidente de Brasil desde el 2003 hasta el 2010; su administración marcó un cambio en la forma de hacer política en ese país y sus ideas progresistas que se acompañaron de los buenos resultados en cuanto a la economía de su país, provocaron que se hiciera de miles de seguidores que apoyan sus proyectos y hasta la fecha añoran regresar a esos tiempos.
Sin embargo, en la política no todo es bueno ni malo y actualmente el exmandatario brasileño enfrenta una acusación de corrupción, debido a que las autoridades sospechan que él es dueño de un apartamento en el balneario paulista de Guarujá, que está registrado a nombre de la constructora OAS.
La acusación señala que el verdadero propietario de ese inmueble es Lula da Silva, y habría recibido ese “regalo” a cambio de favores hechos a la empresa cuando él era presidente de Brasil; si esto se confirma, el exmandatario sería parte de una monumental red de corrupción en donde también está implicada la empresa petrolera Petrobras.
A pesar de esto, Luiz Inácio confía en su inocencia y se siente fortalecido para buscar de nuevo ser candidato a la presidencia de su país, situación que divide opiniones, pues mientras muchos apoyan su regreso al poder, otros creen que, de hacerlo, la corrupción quedará impune y seguiría haciendo “favores” a cambio de propiedades.
“Estoy vivo y preparándome para volver a ser candidato a la Presidencia de la República”, dijo da Silva el jueves 11 de mayo, cuando salió de los juzgados federales de Curitiba, en el sur de Brasil, luego de emitir sus declaraciones durante cinco horas ante el juez Sergio Moro, quien es el encargado del caso.
Después de las cinco horas, el expresidente de Brasil acudió a la plaza de la ciudad, en donde ya lo esperaban miles de simpatizantes que querían expresarle su respaldo y solidaridad, así como sus deseos de que Lula da Silva se convierta en el candidato del Partido del Trabajo para las próximas elecciones del país.
“Estoy con más ganas que nunca de ser candidato”, dijo da Silva. “Si la élite de este país no sabe arreglar este país, entonces un metalúrgico con estudios primarios lo va a hacer”.
Además acusó que nunca antes en la historia de Brasil alguien fue tan perseguido y “masacrado”, advirtió que si un día comete un error, quiero ser juzgado por el pueblo brasileño y no sólo por la justicia.
“Respeto las leyes, la Constitución y la justicia y pido que me respeten, quiero ser juzgado con pruebas”.
A pesar del escándalo de corrupción que lo rodea, Lula da Silva aparece como el personaje más valorado en las encuestas y el mejor posicionado de cara a las elecciones presidenciales del 2018.
Pero sus aspiraciones podrían verse frenadas debido a que el expresidente, de acuerdo a la Corte Suprema, podría ser juzgado en otros seis procesos basados en las declaraciones de 77 exdirectivos de la empresa constructora Odebrecht que se sumaron a un acuerdo de colaboración judicial que pretende desenmarañar la red de corrupción de Brasil.
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