Si se ven desde los cielos durante los meses veraniegos, parece que en las islas Feroe se celebra un triatlón. Decenas de nadadores salen corriendo despavoridos hasta las aguas para arrojarse a ellas y nadar sin cesar. Pero no se trata de ninguna competición deportiva, es un ritual de cientos de años de antigüedad en el que participan los isleños para masacrar ballenas piloto (delfines oceánicos) con lanzas, cuchillos, cuerdas y anzuelos metálicos.
Minutos después, las “islas de corderos”, archipiélago de origen volcánico perteneciente a Dinamarca, queda rodeado por un enorme charco de sangre, que se extiende por varios metros aguas adentro. El Grindadráp es la práctica de más de 500 años de edad que tiñe los mares de rojo durante el verano… y por algo los feroeses con conocidos en el resto de Europa como los “últimos bárbaros”.
*Foto: Europa Press.
Niños, mujeres, hombres, pescadores, cazadores furtivos o apasionados se amontonan para llegar primero hasta la presa que tengan en la mira. Los cadáveres son arrastrados poco a poco hasta las costas y quedan regados sobre la arena como si fuera un enorme matadero de criaturas marinas.
Las ballenas piloto se acercan a las costas durante el periodo de migración. Nadan a pocos metros de distancia de los objetos punzocortantes, lo que hace mucho más fácil y rápida la matanza. Las más distraídas son rodeadas por pescadores a bordo de barcos, quienes las obligan a nadar hasta las costa. En tan sólo 24 horas, los residentes pueden masacrar hasta a 250 ballenas.
Una campaña de Personas por el trato Ético de los Animales (PETA), denuncia que los pescadores clavan anzuelos de metal en las narices de los animales antes de que sus espinas dorsales sean abiertas de par en par. Los animalistas también denuncian que durante la ceremonia es muy probable que sientan miedo y mucho dolor.
*Foto: The Independent
PETA dice que en ocasiones, familias de ballenas enteras son masacradas, mientras que algunas de ella «nadan en la sangre de sus padres o crías durante horas». Los delfines y las ballenas, aseguran, son animales con una inteligencia muy desarrollada y pueden sentir el mismo dolor que los seres humanos.
A pesar de que el ritual ha sido criticado por organizaciones animalistas y la sociedad civil en general, por la marca de masacre inherente que carga, los insulares nórdicos no están dispuestos a abandonar la ceremonia, pues se trata de un evento para “proveer” de comida a los ciudadanos, lo cual está regulado por ley. Además, también argumentan que es una de las principales de alimento y comercio; una práctica que “une” a la comunidad que además no pondría en peligro de extinción a la especie, pues en esa región, el Atlántico Norte, la población es enorme, de casi 100 mil individuos.
De acuerdo con The Guardian, la masacre sucede gracias al consentimiento de las autoridades de la Marina de Dinamarca y un grupo de activistas denunció que habían observado a barcos militares presenciando la actividad.
*Foto: Europa Press.
Aunque los ciudadanos aseguran que no maltratan a los animales, decenas de videos recorren las redes sociales y exhiben la forma “cruel” y “despiadada” en la que las ballenas son asesinadas y luego arrastradas hasta la arena.
Sea Shepherd, una campaña que busca que cese el ritual, calcula que cada año más de mil animales son asesinados durante los meses de verano y a pesar de que grandes cantidades de carne sí son consumidas por los habitantes de la isla, un gran porcentaje se pudre y no sirve para nada.