Despojadas de toda oportunidad de tener una infancia, educación y libertad, las niñas obligadas a casarse por decreto de sus padres o familiares se enfrentan a un futuro repleto de abusos y oscuridad, ante el cual, muchas veces, la muerte parece una mejor opción.
Uno de los casos más recientes y sonados alrededor del mundo fue el de la niña huérfana de Teherán a quien obligaron a casarse con un hombre 14 años mayor que ella.
La orfandad era sólo una precuela, un primer reto impuesto por la vida para medir su fortaleza y al cual sobrevivió 11 años. El segundo, aún más cruel, lo estableció su abuela, quien “cuidaba” de ella y tomó la decisión de entregarla en matrimonio a un hombre con discapacidad al que desconocía y que además le doblaba la edad.
Miedo, impotencia, repugnancia, esclavitud. Así, con el único poder que se le otorgó en la vida: la elección de permanecer o desvanecerse, eligió la última opción. Tomó el chador de su abuela (velo islámico), se lo puso alrededor del cuello y se ahorcó.
EL MATRIMONIO INFANTIL, UNA PRÁCTICA COMÚN ALREDEDOR DEL MUNDO
Entregar a menores en matrimonio aún es una costumbre en muchos de los pueblos y pequeñas ciudades de los países en desarrollo; en la mayoría de los casos, es provocado por la situación de pobreza.
El mundo, especialmente la parte occidental, tiene una percepción del matrimonio, a menudo idealizado, como una manera de inaugurar el amor, la felicidad y la seguridad. Sin embargo, este tipo de matrimonios son los menos comunes.
De acuerdo con el Informe Mundial Human Rights Watch 2016, aproximadamente una de cada tres niñas que viven en un país en vías de desarrollo se casa antes de los 18 años, y una de cada nueve, antes de los 15.
Son los países asiáticos, africanos y de medio oriente donde más normalizado está el matrimonio infantil. Este hecho, en gran parte, se debe al papel que las mujeres han jugado a lo largo de la historia y dentro de la cultura de estos países; comúnmente regidos por hombres y por una cultura machista radical.
India, de acuerdo con datos de la Unicef, es el país con el mayor número de niñas casadas a pesar de ser una práctica ilegal. “Un tercio de las niñas de todo el mundo que fueron casadas antes de los 18 años residen en este país.
MÉXICO
Nuestro país, a pesar de tener problemas más graves, no está libre de este problema básicamente porque somos un país con altos índices de pobreza y con una cultura predominantemente machista.
De acuerdo con un estudio realizado por el despacho de Consultores en Administración y políticas Públicas, en el país se tienen registrados 5 mil 234 casos de menores casadas; es importante aclarar que estos son sólo los registrados, por lo que el número real puede ser mucho mayor.
Los cinco estados con mayor número de casos son: Guerrero (795), Chiapas (747), Edomex (541), Coahuila (463) y Michoacán (454).
CAUSAS DEL MATRIMONIO INFANTIL
Los factores que provocan esta práctica varían según las regiones y las comunidades donde sucede. Sin embargo, sí existen denominadores comunes que incitan el problema.
Las diferencias radican generalmente en cómo se realiza la negociación; hay lugares donde la familia de la mujer a casar es la que debe pagar una dote al futuro marido para que éste acepte el matrimonio; en otras culturas, el proceso es contrario, el hombre es quien paga a la familia de la mujer.
Sin importar quién le paga a quién, el hecho de vender a una persona es una clara violación a los Derechos Humanos y, generalmente, en los países donde esta práctica es común, lo que motiva estos intercambios se centra en el control de la sexualidad de las niñas y en los problemas económicos que enfrentan las familias que promueven el matrimonio infantil.
Aunado a esto, la falta de educación de calidad, la promoción de tradiciones retrogradas y la inexistente igualdad de género y respeto a los Derechos Humanos agravan el problema. Todo esto solapado por autoridades incompetentes y por la falta de políticas públicas que se encarguen de verificar e impedir que estos abusos se lleven acabo.
LAS AFECTACIONES
Más allá de las implicaciones psicológicas que representa todo lo que conlleva el matrimonio infantil en las víctimas, esta práctica provoca muchos otros problemas.
Según datos de 2013 recabados por Human Right Watch, el 74 % de las nuevas infecciones de VIH entre los adolescentes de los lugares donde casan a niñas con hombres mucho mayores que ellas es algo común, África por ejemplo, se debe a esta costumbre.
Además, la violencia doméstica, las violaciones dentro del matrimonio, la maternidad temprana (segunda causa principal de muerte entre las niñas de 15 a 19 años a nivel mundial), la explotación laboral y el abandono escolar son el resultado de dicha problemática.
¿QUÉ HACER AL RESPECTO?
El matrimonio infantil es complejo y varía en todo el mundo. Por lo tanto, los gobiernos comprometidos a solucionar el problema deben emplear un enfoque crítico e integral que se adapte a los contextos locales y a las comunidades diversas donde se piensan implementar.
Los beneficios de poner fin a esta práctica son transformadores y de largo alcance. Además, la metodología para combatir el problema también fomenta la igualdad de género y empodera a las mujeres en distintos ámbitos que van de la salud, a la educación, el trabajo, la libertad ante la violencia y la participación en la vida pública.
De no enfrentar el problema, los gobiernos y las comunidades están destinados a caer en un círculo vicioso que fomenta la pobreza, los abusos, las enfermedades, la falta de educación y las violaciones a los Derechos Humanos.
Nuestro mayor reto actualmente no son los problemas políticos y económicos, es nuestra falta de capacidad para humanizar a la humanidad.
*Fuentes: Unicef, Human Right Whatch y El Economista.