La Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados, presidida por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) aprobó el 31 de marzo las reformas al artículo 60 de la Ley General de Vida Silvestre; la reforma tenía como objetivo prohibir la operación de delfinarios e inhibir la reproducción de especies que viven en cautiverio, sin embargo, activistas ambientales denunciaron que en la realidad los cambios en la ley no fueron como estaban planteados.
Según diversas organizaciones animalistas y ambientales, antes de que los diputados salieran de vacaciones, el grupo presidido por Arturo Álvarez Angli, del Verde Ecologista, realizó cambios en el dictamen de la reforma a la Ley General de Vida Silvestre, con los cuales se “tiraron a la basura” los objetivos originales, evidenciando que los diputados cedieron ante las presiones y el poder económico de los propietarios de establecimientos que utilizan a los delfines como principal objeto de entretenimiento.
En un comunicado conjunto, las ONGs explicaron que los cambios de último momento realizados por el Partido Verde dejarán sin protección a casi 400 delfines que actualmente se encuentran en poder de los delfinarios. También aclararon que la propuesta original tampoco permitía que estos animales fueran liberados ni cerrar los establecimientos en donde son usados para entretener a las personas.
Mercedes Anzures, representante de la organización Conservación de Mamíferos Marinos de México recalcó en entrevista para SinEmbargo que si la reforma se aprueba tal y como quedó después de los cambios, no sólo se permitiría la continuidad de los espectáculos con delfines, sino que también se permitiría que la inseminación artificial se use como una fábrica de estos animales por lo menos durante dos generaciones más, es decir, hasta el 2050.
Además advirtió que si la reforma se aprueba el 25 de abril, como se tiene previsto, analizarán si realizan las acciones legales necesarias para revertirla, pues la consideran algo “absolutamente aberrante”.
Por su parte, la presidenta de la asociación civil Producciones Serengueti dijo que los legisladores habían pactado con “poderosos empresarios” dueños de delfinarios para permitirles la reproducción de delfines en cautiverio, lo cual, según sus palabras, resulta una locura porque se aprovecharán para provocar un mayor número de nacimientos vía inseminación artificial, lo que a la larga provocaría que se construyan más delfinarios.
“Con esta medida, potencialmente se tendrían 150 delfines más, sin tomar en cuenta a las hembras que podrán parir dos veces, con lo que el inventario crecerá aproximadamente a 480 individuos”, explicó Cecilia Vega, representante de la Fundación Haghenbeck. “Esto representa un incremento del 60 por ciento, dejando a la Cámara de Diputados como el mayor impulsor del cautiverio de delfines y de su fabricación”.
Las organizaciones ambientalistas y animalistas exigen que el 25 de abril los legisladores rechacen ese dictamen de reforma a la ley, porque lejos de beneficiar a los delfines, es una herramienta que les dará más poder y recursos financieros a los dueños del delfinarios.
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