Entre los episodios más oscuros que tuvo Canadá en su historia fue el genocidio cultural contra las personas descendientes de tribus indígenas. Entre 1870 y 1970, más de 150 mil menores de edad originario de alguna comunidad aborigen fueron internados en instituciones católicas administradas por el gobierno donde fueron blanco de abusos físicos, sexuales y castigos por hablar su idioma natal.
A través de una Comisión de la Verdad y la Reconciliación, ese país se dedicó a documentar los casos de estas agresiones que duraron años contra los niños y niñas de las tribus. El resultado fue mortal, cerca de 3 mil 200 pequeños murieron, muchos de ellos por el maltrato, otros escaparon pero fallecieron en las frías noches canadienses y otros se quitaron la vida para despojarse de su horrible realidad.
Entre las acciones tomadas en el 2008 fue dar una compensación de 4 mil millones para las tribus de manos del entonces presidentes Stephen Harper, mientras que el actual mandatario Justin Trudeau visitó El Vaticano el pasado 30 de mayo, allí pidió al Papa Francisco que agende una visita a su país para dar un perdón a los pueblos originarios por los abusos cometidos por la iglesia.
Actualmente las leyes canadienses protegen la libertad de los niños de hablar su idioma nativo y la Comisión que investigó estos casos, emitió 94 recomendaciones más para la protección de los nativos.
Durante el genocidio cultural, una de las lenguas que mayores consecuencias sintió fue la Haida, un idioma indígena que apenas tiene 30 personas nativas que hoy tienen una avanzada edad. Los haidas viven en la región de los archipiélagos de la Reina Carlola o Haida Gwaii y en la isla Príncipe de Gales, en el Archipiélago Alexander en Alaska, Estados Unidos.
El compromiso de las autoridades y del pueblo canadiense para reparar el daño es bastante fuerte. Un ejemplo de ello es la película “Edge of the Knife”, un filme que busca revivir la lengua haida. En entrevista con The New York Times, Sphenia Jones recordó cuando fue enviada lejos de sus padres hace más de 60 años para ser alejada de su cultura, hoy a sus 73 años vuelve a hablar en su idioma natal pero frente a un enorme equipo cinematográfico.
Jones dijo que le dolían las mejillas por el gran trabajo que le costaba decir sus líneas en voz alta. Ella comparte pantalla con todo un elenco que busca rescatar un idioma casi olvidado. La película pretende salvar y pedir perdón mediante el arte y la cultura.
Video vía NY Times
Gwaai Edenshaw, codirector del filme, dijo a New York Times que el presupuesto es de 1.3 millones de dólares, el largometraje fue grabado en el archipiélago de Haida Gwaii, una región rocosa en Columbia Británica que era una extensa zona gobernada por los indígenas hasta que fueron desapareciendo con el tiempo. La película relata la historia de Wildman, un hombre Haida que cae en una profunda tristeza después de presenciar la muerte de un niño, y es devuelto a la vida en una ceremonia de curación, después el protagonista pierde su mente para unirse física y espiritualmente con la vida salvaje del bosque.
No todos los actores son de la tribu o hablan ese idioma, por lo que fueron asesorados por otros ancianos Haida para pronunciar de manera perfecta. Ese dialecto es particularmente complejo porque no se parece a ningún otro en el mundo, su gramática es complicada y su estructura es polisintética, ejemplo, un verbo puede significar distintas cosas, tiene al menos 35 consonantes y dos tonos, además 20 de sus sonidos no existen en el idioma inglés.
Para el rodaje, constructores locales crearon una casa tradicional en la zona ceremonial, los tejedores de la comunidad hicieron todos los trajes a mano, los artistas tatuaron figuras de esa tribu en los pechos y brazos de los actores.
El músico local Vern Williams fue contratado para crear las canciones de la película, la mayoría de sus melodías fueron grabadas en la noche con un Guujaaw, el cual es un tambor mientras estaba encerrado en una choza cantando con una voz tenue y triste. Williams aún recuerda los años que estuvo en las escuelas católicas, donde sufrió varios abusos, para él la película no es una reconciliación, es regresar al pasado.
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