Desde hace media década, los científicos, doctores y desarrolladores de nuevas tecnologías se han reunido para crear nuevos mecanismos, procedimientos o herramientas que permitan dar un tratamiento oportuno a los enfermos, hacerlo de forma más rápida y sobretodo, salvar más vidas.
Una de las creaciones más recientes, a manos de los investigadores de la Universidad de Utah, hace una operación craneal alrededor de 50 veces más rápido que los procedimientos tradicionales. El taladro robotizado reduce el tiempo de la cirugía de dos horas a únicamente dos minutos y medio.
El desarrollo fue explicado a través de un artículo en la revista científica Enfoque Neuroquirúrgica y se aplicó a una operación que generalmente sirve para retirar tumores benignos en pacientes que han perdido la capacidad auditiva de forma significativa. Sin embargo, es una “prueba de principio” para demostrar que el mecanismo podría, en un futuro, realizar procedimientos más complejos.
De acuerdo a la CNN, el “taladro” produce incisiones rápidas, limpias y seguras, reduciendo el tiempo en el que la herida permanece abierta así como la duración de la anestesia, lo que logra disminuir las infecciones, los costos de las cirugías y los “errores humanos”.
El líder del proyecto, el neurocirujano William Couldwell dijo que lo más importante es que se ha convertido en una herramienta “ahorradora de tiempo”.
La CNN explica que el uso de los métodos autómatas y la cirugía robótica ha crecido durante la última década y ahora, “los robots médicos pueden ayudar a poner tornillos en la espina dorsal” o auxiliar en las cirugías de “reemplazo”. Sin embargo, Couldwell considera que hasta el momento este tipo de tecnologías no tenían cabida en la rama de las cirugías craneales.
El funcionamiento del taladro robótico también es sencillo de usar porque primero, mediante un scanner, se identifica la precisa región de las “estructuras sensibles” como los nervios y las “venas mayores” para que finalmente los doctores puedan usar esa información para “programar” el camino de la incisión usando el mecanismo especial recién creado.
El líder de la investigación asegura que pueden programarlo para que taladre el hueso de forma segura pero tomando en cuenta la información del paciente que haya sido revelada a través del escaneo cerebral, pues ese trayecto debe evitar algunas partes sensibles, cuya alteración podría alterar por completo el funcionamiento del cerebro.
Otro de los grandes triunfos es que ahora, el cirujano en cuestión tendría la capacidad de “programar” de forma completamente segura las “barreras” a lo largo de la incisión programada a entre uno y dos milímetros de distancia de las zonas peligrosas.
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