Frida Kahlo decía «creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis sueños. Pinté mi propia realidad». Tal vez no lo hizo intencionalmente, pero lo hizo. En su obra se reflejaba claramente su vida: cansada, triste e idealizada. Su sufrimiento siempre fue visto como una metáfora de la vida, pero ella siempre se empeñó en no hacer surrealismo, sino crear su propia corriente artística que la identificara y le diera personalidad. En cambio, hubo dos pintoras que son comparadas en cuanto a grandeza con Kahlo, mismas que, probablemente y según la crítica, tienen una técnica más clara, ideas mucho más profundas e incluso, más talento que Frida: Remedios Varo y Leonora Carrington.
Estas dos pintoras fueron la otra cara del arte en México. Dos pinceles que le dieron al mundo mucho más de lo que pudo la propia Frida, y aunque ella es el referente por excelencia de México y el arte del país, no podemos olvidarnos del arte de las dos surrealistas que, al igual que Frida, fueron musas, innovadoras y artistas que revolucionaron su tiempo y espacio.
Remedios Varo, aunque era española, siempre sintió gran afinidad por México, puesto que el país le dio no sólo cobijo, también le ofreció inspiración. A los 15 años ingresó a la Academia de San Fernando para convertirse en artista conociendo a otros grandes del arte como Salvador Dalí y Federico García Lorca para posteriormente conocer a André Breton y participar en su movimiento dadaísta. Para los años 40 llegó a México a trabajar y a exponer su obra.
Por su parte, Leonora Carrington nació en Inglaterra coincidiendo en la vida con Max Ernst, de quien se enamoró y quien por error, quizá, la introdujo al arte surrealista junto a Pablo Picasso y Salvador Dalí. No obstante, la relación no pudo ser ya que él era casado y cerca de 30 años mayor. Así, Carrington conoció a Renato Leduc, con quien tuvo un amorío que culminó en boda y posteriormente en un divorcio. Siempre se sintió sola y tuvo que lidiar con ello, por lo que la vejez le causaba conflicto. Para sobrellevarla hizo esculturas de bronce en las que muestra su lucha contra el tiempo.
Llevar en la piel las obras de ambas pintoras es un reto para todo aquel que decida portar los sueños de dos mujeres que revolucionaron al mundo del arte, se arriesga a cargar los sueños de dos artistas que han causado conmoción dentro de diversas corrientes, en especial en aquélla que retrata éstos para sobrellevar la realidad: el surrealismo. Ambas fueron y serán un referente en el arte ya que se convirtieron en sus propias pinturas para no ser sólo seres humanos que caminan con el corazón destrozado.
Si tú te tatúas una de sus obras llevarás el dolor, la amistad y el talento en tu piel, pero al mismo tiempo honrarás el trabajo de personas como ellas que no sólo se han inmiscuido en el arte, también en la vida de todos los que las admiran con singular gusto. Porque a diferencia de Frida Kahlo, ellas nunca dijeron nada, simplemente lo plasmaban y por ello su arte es mucho más real, profundo y enigmático.
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¿Crees en la magia? Estos tatuajes son para ti, al igual que estos inspirados en Frida Kahlo.