El sobre blanco que guarda una carta contiene más que una hoja llena de palabras. En su interior alberga al mundo, los miedos, amores y momentos que dan vida a la existencia de un alma. Hojas de papel que al impregnarse de tinta, también lo hacen de las emociones de aquellos quienes delicadamente plasmaron su memoria en la blanca superficie. Cartas que cuentan historias de tiempos pasados, de amores, de guerras, de desesperaciones. Cartas que guardan los más peligrosos secretos, que se vuelven imagen de épocas, recuerdos de personas, testimonios de la evolución social…
La intimidad que habita en cada hoja, la sensualidad y fuerza de las curvas que forman palabras, han sido por años la máxima expresión de amor. Todos los sentimientos explotan uno a uno frente al lector para comunicar en silencio las pasiones y el deseo que habitaba en el interior del autor. La felicidad se convierte en tinta; la esencia de un amor se inmortaliza en el tiempo para revivir cada que un par de ojos desee navegar entre las bellas palabras.
Hoy la costumbre y el deseo de escribir una carta ha cesado, con las herramientas tecnológicas y la inmediatez de los mensajes, escribir una carta a mano es obsoleto, pero eso aumenta su valor. La fría pantalla jamás podrá suplir a la ternura que representa cada letra sobre una hoja. Es por esto que un artista conceptual ha hecho de las cartas de amor un arte.
El arte conceptual deja de lado al estímulo óptico para convierte en una forma de expresión que invita al observador a reflexionar y desarrollar sus habilidad intelectuales a través de las piezas y su entorno, experiencias que comparte con el artista gracias a sus creaciones.
En esta corriente, existe un representante que ha buscado convertirse en crítica de la sociedad en la que vivimos, presentar de manera irónica los problemas que acontecen en el mundo contemporáneo. Su nombre es HA Schul y él, ha encontrado en la basura la más bella expresión artística.
HA Schult nació el 24 de junio de 1939 en Parchim, Mecklenburg, y ha dedicado su vida a consolidarse como un artista conceptual. Su carrera, que inicio en los años 60, se ha visto siempre influenciada por el Pop Art y con esto sus objetivos de generar una cercana relación entre el arte y la vida.
Algunas de sus obras más reconocidas, son Trash People y Save The Beach en las cuales resalta el uso de la basura como material creativo y símbolo de protesta ante la impasible y superficial cultura de la sociedad: la basura vista como elemento de negación y provocación.
Ahora, el artista que ha considerado a la basura el elemento perfecto para crear arte, se despojó de sus técnicas habituales, dejándose llevar por la intimidad y belleza que esconden las cartas de amor. Fue en 2001 cuando comenzó el proyecto Love Letters Building (Edificio de Cartas de Amor), en el que plasmó de pasionales y poéticas palabras un edificio postal en Berlín, Alemania.
La obra de arte inició cuando el artista alemán lanzó una convocatoria para recopilar cartas de amor, su objetivo era regresar en el tiempo. Recordar la época en la que los e-mails no existían y el cariño quedaba grabado en un hoja de papel para inmortalizarse y viajar entre mundos.
Para su sorpresa, la respuesta del público fue impresionante, pues llegaron más de 150 mil cartas, hojas que fueron prueba de que el amor viene en tamaño y color distinto; tiene varios rostros y va dedicado a distintas almas. En el edificio se podían leer frases como: “No puedo vivir sin ti. La pérdida se siente cada vez más profunda. Es una lástima que seas un gato”.
Cerca de 35 mil de las cartas recolectadas fueron utilizadas para cubrir el exterior de la oficina postal, creando una masa de color blanco, naranja, rojo y azul mientras que otras 115 mil se exhibieron en el interior del mismo.
Schult es un artista de la simplicidad de una hoja de papel quien revivió el romanticismo de la palabra escrita y la trascendencia de un gesto de amor.