“El arte es un idioma universal que cada cual habla con su propio acento”.
D. Beametz
Un extinguidor, tres sillas en medio de una sala de exposición, toallas sanitarias con menstruación, un tiburón muerto en una piscina llena de formol, 90 frascos con 30 gramos de “mierda de artista” vendidos en cantidades exorbitantes, una tortilla con la impresión y el lema “FUCK TRUMP” y luces neón… Son la clase de cosas que encuentras en el arte contemporáneo.
Aunque puede parecer desconcertante a simple vista, las instalaciones son un género del arte que resultan ser casi poéticas, pues hoy las hallamos en todos los museos.
Estas instalaciones juegan con los siguientes elementos: el objeto, su funcionalidad, el uso del espacio y la interacción con el público; son un medio, una herramienta y una forma de expresión, y se originaron a principios del siglo XX, según algunos especialistas. Su importancia ha sido tal, que textos enteros y un sinfín de análisis están dedicados a su interpretación. Algo que debes saber sobre las instalaciones es que muestran el contraste entre el concepto, el objeto y la forma expresiva en que el artista elige para que interaccionen con el entorno y el espectador —siempre con la intención de desprender a los objetos de su funcionalidad tradicional—.
En ocasiones nos adentramos en alguna instalación de arte sin tener la menor idea de lo que es. Tal vez esperamos que al observar surja algo que nos ilumine y responda las interrogantes: ¿qué significa?, ¿cuál es la conexión del título con la obra?, ¿por qué tal o cuál objeto está en este sitio y no en otro?, ¿qué quiere decir el artista? y ¿hacia dónde tengo que caminar?
Estas preguntas pueden darte vueltas en la cabeza cada que asistes a un museo; si a primera intensión no te sientes cautivado o conectado con la obra, entonces te compartimos estos consejos que pueden ayudarte a entender:
1. Observa
Observar una instalación de arte no es tan diferente a contemplar un Van Gogh, una obra de teatro, la última temporada de tu ballet favorito o leer el libro que más te gusta. En el arte se “Observan observaciones” como diría Foucault; tómate tiempo para contemplar el lugar en el que estás, los objetos y el entorno.
2. Piénsate en el lugar del Otro
En el arte existen diversas posturas que sin ser expertos de manera constante orbitamos en ellas: el crítico, el artista, el curador, el espectador y el coleccionista; todos ellos juegan un papel igual de importante al definir el arte y sus productos. Puedes interpretar una instalación desde lo disciplinario o lo social, pero siempre con la intención de definirla; juega con estas posturas, piénsate desde el lugar de cada uno.
Pensar la obra y preguntarte como espectador es comenzar a interactuar con el artista, con el curador y la crítica. Pero lo más importante que debes cuestionar: ¿qué significa?; no sólo para el artista, sino para ti, pues así le darás significado y significante propio.
3. Infórmate
Lee sobre el artista y su obra, quién fue el curador y lo que opina la crítica; defínela con tus palabras, argumenta y dialoga con la creación y el entorno a partir de la información previa y tu experiencia.
4. Percibe y siente
La percepción es la manera en la que interpretamos lo que nos rodea; aquello que logras analizar en el arte habla de ti, ya que el artista y su obra sólo han sido el medio. Es algo parecido a un espejo y la interpretación proviene de los sentidos: aprende a ver con ellos y con la mente abierta.
5. Identifica la temática
Muchas instalaciones tienen su origen en una postura antisistema, y es común que sean un medio de protesta en la que lanzan declaraciones a la sociedad e invitan a la introspección. Las instalaciones de arte pueden ser maravillosas o desastrosas, según su temática y conceptualización. Lo que se juega en ellas es la libertad de expresión y la capacidad para su interpretación, algo que resulta ser completamente subjetivo.
Una silla o un montón de latas arrinconadas en Pompidou pueden ser lo que cada uno desea que sean. La lectura en este tipo de arte es propia y a diferencia del arte figurativo, se ha vuelto un refugio para retomar la agenda social, es un lugar de conversación, diálogo, debate, cuestionamiento, denuncia y sitio de contemplación del otro y de uno mismo.
6. Contextualiza
En silencio o en voz alta, con asombro o con enojo, otros más con admiración, han considerado las instalaciones como una burla, pues pensar en un frasco con “mierda” puede resultar insultante si se le compara con la bóveda de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel; aunque ambas son igual de importantes sólo que poseen contextos diferentes.
Cada obra tiene un valor único y social que corresponde a la época de su creación y a la corriente de pensamiento que le influye. Tómate el tiempo para contextualizar, para mirar el pasado, presente y futuro; cada momento en la historia del ser humano corresponde a un periodo en la historia del arte, en este caso, el contemporáneo y sus instalaciones rompen con lo estático, dan pie a la interacción y, más que nunca, modifican el esquema tradicional y rígido con que se pensaba hace siglos.
“Biografía” es una obra en torno a los libros hecha por Alicia Martin; en ella, el torrente de libros sale por la ventana y juega con las variables del arte, la cultura, la filosofía, la estética y la historia personal de los espectadores. Es un ejemplo claro de cómo los objetos (libros) crean un ambiente de magia y ficción suspendidos en el aire.
7. Trata de conectarte
El arte se reinterpreta igual que la vida, a lo que surge la pregunta: ¿por qué las personas se acercan a las instalaciones? Por morbo, ocio, especulación, admiración o mero gusto. Cuando logras conectarte con una obra de arte es algo único e íntimo; es algo entre el artista, la obra y tú.
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