Es más que definitivo que Alfonso Herrera no será parte del reencuentro de RBD, y entre tantas razones, una de las principales es que esa época fue bastante complicada para él, su salud mental y también para su bienestar.
Pese a que Miguel Arango fue un papel que le abrió muchas puertas, la vida se encargó de cobrárselo, pues este protagónico le dejó secuelas psicológicas con las que, hasta el día de hoy, tiene que lidiar.
Alfonso Herrera y las secuelas psicológicas que le dejó RBD
Muchos fans de la banda mexicana no aceptan que el actor no haya aceptado estar en el reencuentro porque muchas veces no ven más allá. Poncho, además de estar plenamente entregado a la actuación, su firme decisión también está relacionada con el con cuidado de su salud mental.
En una entrevista con El País, el actor recordó las pésimas condiciones laborales a las que Televisa los tenía sujetos a cada uno de los integrantes; la televisora se adueño de los derechos de los personajes, el grupo musical, la imagen de los personajes que interpretaron y, además, nadie les ofreció ayuda profesional para lidiar con todas estas situaciones.
“Hasta la fecha sigo teniendo un poco de miedo cuando voy a un lugar donde hay mucha gente. Íbamos solos y entre nosotros nos apoyamos porque no tuvimos apoyo psicológico para lidiar con esta situación”, reveló el actor mexicano.
“Fue muy duro. Años después regresamos a Brasil, conocimos a los familiares y conocí al papá de una de las niñas que perdió la vida. Ese evento marcó de una manera muy profunda y por más que intento darle la vuelta, todavía ahí está”, reveló Alfonso sobre el suceso que vivieron en una de sus presentaciones en Brasil, donde hubo una aglomeración que le quitó la vida a jóvenes.
Las injusticias salariales dentro de RBD
Alfonso Herrera recalcó que su negación al reencuentro tampoco fue por un tema económico, de hecho, sus compañeros y él tuvieron que pagar con el precio de la fama y no al revés. Pues el tema salarial de la casa productora fue abusiva con los jóvenes de aquella época.
“Firmamos un contrato en el que cedimos los derechos del personaje, la imagen del personaje y todo explotó en temas de merchandising: nosotros no vimos ni un solo peso…”
“Tenía 23 o 24 años y veía la cara de mis compañeros y mi cara en todos los aparadores, vendiendo galletas, chicles, jugos, cuadernos, tenis, lápices y, nada, la televisora dueña de este proyecto no fue justa y no es tema de dinero, vuelvo a decirlo, tiene que ver con un tema de trabajo. De que hicimos un Coliseo de Los Ángeles con 63 mil personas, por ejemplo, y a mí me pagaron 18 mil pesos por aquello”, recordó el actor.
Ahora sabemos que su decisión no tuvo nada que ver con algún conflicto con los miembros de la banda, simplemente es autoprotección y estamos de acuerdo con ello.