Cuando una relación termina, trae consigo fuertes decisiones que pueden afectar tu proceso de duelo y lo más importante: tu autoestima. Cuando comienzas a extrañar a la persona con la que hablabas todos los días y a quien solías contarle desde lo más banal hasta tus preocupaciones y miedos, te invade la sensación de no querer perder a quien ha significado y compartido tanto contigo. Es entonces cuando llega la inevitable pregunta: “¿podemos ser amigos?”.
Un error en esta respuesta en lugar de desanudar el lazo para avanzar en tu camino, seguirá amarrándote y deteniéndote en el que ya has recorrido. Las excusas son muchas, desde un “tal vez no se da cuenta aún de que no puede vivir sin mí” o “no puedo vivir sin él o ella”, hasta un “tenemos muchos amigos en común, de cualquier manera seguiremos viéndonos”.
Puede parecer sencillo decirlo pero en realidad, para tomar el control de tu vida y superar a tu ex, se necesita valentía, fuerza y mucho amor propio para darte cuenta de que siempre será mejor soltar que permanecer donde ya no eres feliz. El duelo no será rápido, pero si decides continuar una buena relación con tu ex, sólo prolongarás la decadencia de un círculo vicioso que te lastima. El primer paso es aceptar que tienes el corazón roto y que si no lo reparas tú -en alianza con el tiempo- nadie más lo hará por ti.
Para ello, debes detectar aquellas señales del daño que te causa seguir en una “amistad” imposible, hasta dejar atrás lo que te lastima y te aferra al pasado. Sólo así podrás mirar hacia lo que realmente importa: el futuro.
Lo comparas con tus citas y con cada persona que conoces.
En lugar de encontrar razones para no regresar con tu ex, ahora seguramente tienes una lista de pros y contras de cada cita que has tenido después de su relación.
Aún te molesta cuando habla de la persona con quien ha empezado a salir.
Él se ha arriesgado a conocer a otra persona y tiene más que superada la relación, en cambio, tú mueres de celos. Una persona celosa demuestra su inseguridad al no querer ser “reemplazada”, pensamiento que conlleva un grado de egoísmo y orgullo, tras lo que se oculta una dolorosa verdad: no quieres que sea feliz con alguien más.
No te permites afrontar la vida en soledad.
El duelo tras la ruptura es una reconciliación y reencuentro contigo, es el momento para ser valiente y afrontar el miedo a la soledad. “Soledad” es una palabra que solemos ver de una manera negativa, casi como si se tratase de una condena o castigo, cuando en realidad es la oportunidad perfecta para hacer todas esas cosas que has dejado pendientes, incluso aquellas que te perdiste porque a tu ex no le interesaban y las dejaste de lado por hacer otras tantas que sí compartían.
Date un tiempo para pensar en ti y recuperar el vínculo con tu interior, en lugar de etiquetarte como una persona abandonada.
Crees que nadie más te conocerá tanto como él o ella.
En este punto es importante asumir el cambio como la única paradoja constante de la vida. Recuerda quién eras al principio de la relación y descubrirás que ya no quieres las mismas cosas, tu ex no te conoció por completo, sólo conoció la mejor versión de ti en un momento específico de tu vida. Al mantener una buena relación con tu ex estás viviendo en el pasado y negándote al cambio para permanecer en un escenario “seguro” que ya conoces y en apariencia dominas bien. Si quieres dar un paso al presente, deberás admitir que eres un ser distinto y tienes mucho que descubrir de ti mismo para compartirlo -si así lo decides- con otra persona.
Además, difícilmente mantendrás una relación con alguien que quiera conocerte si sigues aferrada a no perder la comunicación con tu ex, así que deja de prolongar más tiempo la infelicidad y sacrifica la comodidad por la aventura de descubrir cosas nuevas que podrían sorprenderte.
Olvidas las razones por las que terminaron.
Piensa en todas esas cosas que no vas a extrañar de tu ex, cuánto te lastimó durante esa última pelea, las veces que mentiste al decir que le perdonabas, lo triste que te sentiste cuando hirió sin remedio la confianza que terminó por perder. Si comienzas a olvidar todo ello y crees que es una persona que merece seguir presente en tu vida, quizá de manera oculta, aún tienes la esperanza de que vuelvan a estar juntos algún día. Esas falsas expectativas, cuando no son recíprocas, pueden conducirte hacia un nuevo duelo, otra decepción que después de la ruptura ya no tienes por qué atravesar.
Si realmente pudieran contar el uno con el otro y compartir su vida, no habrían existido razones para terminar.
Confundes el amor con la costumbre.
Pregúntate -y responde sinceramente- si quieres cerca a esa persona porque lo sigues queriendo y aún le conservas cariño, o si en realidad lo que quieres es seguir controlando lo que hace, enterarte de con quién sale o a dónde va, para que no te olvide. Quizá te hace falta reconocer que has confundido el amor con la costumbre de su compañía para no tener que lidiar sola con los problemas, las reuniones sociales y los momentos difíciles. No te conformes con un amor a medias en el que ya no te sientes feliz y libre.
No son amigos.
Aunque cada caso es distinto, realmente una ruptura no es un buen inicio para una amistad considerando que ambos están pasando por un momento de sentimientos contradictorios y emociones encontradas. Quizá la decepción y el resentimiento no sean instantáneos y por un momento parezca que puedes superarlos, pero sólo la distancia dará la claridad que necesita tu mente para olvidar.
Una amistad requiere confianza y honestidad, mismas que se han roto cuando una pareja termina. Pero como cada par tiene su propia historia, antes de decidir si vas a continuar teniendo una buena relación con tu ex, pregúntate si realmente estás dispuesta a escucharle cuando se enamore de nuevo o cuando te pida un consejo sobre qué regalar a su nueva pareja ¿realmente contará contigo en todos los momentos en que recurrimos a un amigo?.
Si tu respuesta es no, por lo menos durante la primera etapa después de terminar, debes alejarte de esa persona para superar la ruptura y seguir adelante.
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Las fotografías que ilustran este artículo pertenecen a Joel Sossa, quien retrata cómo es ser joven, salvaje y libre en el proyecto “Memories from a Lost Mind” un retrato de un sueño nostálgico con mensajes del valor del presente: hoy somos jóvenes. hagamos que valga la pena. Conoce más de su obra fotográfica en su cuenta de Instagram @la_nostalgia_.
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