Hoy, México se encuentra ante la increíble doble fuga del Chapo Guzmán. Los medios de información aún no pueden creer la increíble hazaña del líder del cartel de Sinaloa. Muchos se preguntan cuántos millones ha pagado a los guardias para que esto ocurra o cuán hábil es su ingenio para realizar sus proezas. Así como él, alrededor del mundo han existido fugas impresionantes que ponen a prueba la seguridad que creían tener aquellos que les negaron la libertad. Aquí te presentamos los escapes más impresionantes en el mundo:
Alcatraz
El escape de Alcatraz permanece sin ser resuelto después de más de 50 años de haber ocurrido. Mientras esta cárcel se encontraba activa, existieron 14 intentos para perpetuar un escape, ninguno tuvo éxito hasta que Frank Morris, Clarence y John Anglin desaparecieron de la prisión en 1962.
Los presos cincelaron con cucharas, una aspiradora robada que adaptaron como taladro y una moneda de 10 centavos, el hormigón que se encontraba alrededor de un respiradero. El ruido era disimulado con un acordeón que ellos tocaban. Hicieron muñecos de papel maché que dejaron acostados en su lugar. Subieron por el conducto de ventilación y robaron una cuerda que los ayudó a bajar por los tramos difíciles. Después, huyeron de la isla en una balsa que ellos mismos habían hecho.
Los guardias no advirtieron su fuga hasta la mañana siguiente, por lo que tuvieron toda la noche para huir. Muchos aseguran que murieron antes de poder llegar a tierra firme, esto porque la policía no encontró evidencia de su camino por las ciudades aledañas, otros dicen que su fuga fue perfecta y nunca fueron encontrados, ni ellos ni sus cadáveres.
Si quieres saber más sobre esta fuga, puedes ver la película Escape from Alcatraz protagonizada por Clint Eastwood.
Pyotr Patrushev
Una de las fugas más sorprendentes de todos los tiempos, no por su planeación ni su gran logística, sino por cómo fue realizada es la de Pyotr Patrushev, quien en 1962 nadó de la URSS a Turquía a través del mar Negro más de 30km para escapar de la pena de muerte. Su destacada hazaña fue hecha gracias a que Patrushev tenía una gran condición física y nadaba de forma sorprendente.
La seguridad Turca lo puso en confinamiento por un año por ser sospechoso de espionaje, ya que creían imposible que hubiera nadado una distancia tan larga.
Pascal Payet
En 2001, este francés fue sentenciado a 30 años de cárcel por asesinato, escapó de la prisión en helicóptero: un cómplice lo recogió del techo y lo ayudó a huir. Dos años después fue capturado mientras intentaba ayudar a escapar a otros prisioneros con la misma táctica. Fue nuevamente sentenciado y devuelto a prisión, pero lo más impresionante es que en 2007 volvió a escapar, y del mismo modo. Esta vez no lograron capturarlo y nunca se supo de él.
Dieter Dengler
Durante la Guerra de Vietnam, voló para la marina de los Estados Unidos. El 1 de febrero de 1966, mientras realizaba una operación encubierta, su avión fue dañado por el enemigo y tuvo que realizar un aterrizaje forzoso. La guerrilla Pathet Lao lo capturó casi inmediatamente.
Intentó escapar por primera vez, pero los enemigos lo torturaron con una crueldad extrema. El 29 de junio de 1966, Dengler y un grupo de prisioneros salieron a través de unas tablas aflojadas de la cabaña. El grupo se separó; Dengler y Martin quienes intentaron escapar a Tailandia a través del Mekong.
Se adentraron en la selva, donde poco a poco, su ánimo se debilitaba por el clima tan drástico: sanguijuelas, insectos, lluvia y el hambre los hacían más propensos a perder el ánimo y las fuerzas a cada instante. Se acercaron a una aldea para robar algo de comida; sin embargo, uno de los habitantes se dio cuenta y los atacó con un machete. Martin murió y Dengler huyó lo más rápido que pudo.
Dengler regresó a su campamento en un pueblo abandonado y le prendió fuego cuando vio acercarse un avión C-130. Sin embargo, la tripulación solamente lanzó unas bengalas y continuó su viaje, sin rescatar a Dengler. El 20 de julio de 1966, Eugene Deatrick volaba en una misión de reconocimiento armado junto al Mayor Anderson, cuando vio una señal en tierra. Al acercarse vio a un hombre agitando lo que parecía un paracaídas, con la inscripción SOS en unas rocas junto a él.
Solicitó la asistencia de helicópteros de rescate. Estos, capturaron a Dengler y lo trataron con cautela hasta confirmar su identidad, mientras Dengler suplicaba “soy piloto norteamericano, llévenme a casa por favor”. Pasaron 23 días desde que lo llevaron al campo de prisioneros y cinco meses desde que fue derribado.
Billy Hayes
Fue prisionero en Turquía por contrabandear hachís. Su historia fue tan famosa que se realizó la película Expreso de medianoche. Al principio lo condenaron por cuatro años, sin embargo, después la sentencia se convirtió en cadena perpetua. En 1975, robó el uniforme de un guardia de la prisión, logró salir y remó toda la noche a través de una furiosa tormenta hasta la costa. Cuando llegó a tierra firme, se tiñó el cabello de negro, caminó a través de media Turquía y, finalmente, nadó por un río para llegar a Grecia, donde fue deportado a los Estados Unidos después de varias semanas de detención e interrogación para obtener datos sobre Turquía.
Stalag Luft III
El 25 de marzo de 1944, cerca de 600 prisioneros huyeron de la cárcel nazi Stalag Luft III. Los detenidos elaboraron tres túneles a más de nueve metros de profundidad. Sin embargo, no calcularon la salida y quedaron a plena vista de los guardias de seguridad. Aún así, 76 hombres huyeron.
Alfred Wetzler y Rudolf Vrba
El viernes 7 de abril de 1944, Vrba y Wetzler aprovecharon la niebla para introducirse en el campo mientras trabajaban como peones, en la pila hueca de tablones que previamente habían rociado con gasolina y tabaco mascado para confundir el olfato de los perros. Se quedaron allí durante tres noches, inmóviles, sin comida ni bebida y con la certeza de la presencia constante de soldados y oficiales alemanes.
Después de tres días, la SS abandonó la búsqueda y reportó la huida de ambos en un telegrama dirigido al Himmler. El 21 de abril, después de 11 días de caminar y esconderse, Vrba y Wetzler regresaron a su país, Eslovaquia, 160 km al sur de Auschwitz.
