Con la crisis de refugiados que afecta al mundo desde hace un par de años, aunado a las cifras alarmantes de la ONU que contabilizan más de 30 mil personas que día a día abandonan sus lugares de origen, los países que les dan albergue podrían implementar medidas extremas.No se trata de las políticas migratorias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien insiste en prohibir a extranjeros el ingreso a su país, sino que los gobiernos emplearan sus desechos y chatarra para ayudar a otros, además de contribuir al reciclaje para evitar mayor contaminación ambiental.
El ingeniero eléctrico Bruce Campbell decidió reutilizar un avión en desuso para adaptarlo y convertirlo en su casa, en un bosque de la ciudad de Portland, en el estado norteamericano de Oregon.Se trata de un Boeing 727 que convive con árboles de pino en una zona de cuatro hectáreas, un terreno que su ahora dueño compró a los 25 años (ahora tiene más de 60), en casi 25 mil dólares.Otra medida que podría agravar los desplazamientos humanos ocurrió este martes, luego que el Tribunal de Justicia de la UE dictaminó que los países de la Unión Europea no están obligados a otorgar la visa humanitaria, a las personas que pidan entrar en sus territorios para pedir asilo.
Pero Campbell no es el único que ha decidido tener su hogar dentro de un avión, porque desde Texas hasta Holanda, la Asociación de Reciclaje de Flotas de Aeronaves (AFRA, por sus siglas en inglés) sabe de gente que hizo de la chatarra aérea un espacio habitable.
Pese a que la organización no cuenta con un censo de las personas que viven en esas condiciones, sí calcula que en todo el mundo entre mil 200 y mil 800 aeronaves se desperdician o desmantelan en un periodo de tres años.De acuerdo a un reportaje de El País, cuando un avión comercial cumple su periodo de vida útil, es difícil que se le someta a un proceso de reciclaje y termina abandonado en los llamados cementerios de aviones.
Sin embargo, hasta un 85 por ciento de las aeronaves es reutilizable en partes para otros equipos, aunque el proceso se tarda de dos a tres meses para desmontarlo y comenzar su armado en otras piezas.
Un avión se compone de aluminio, con aproximadamente el 77 por ciento, después un 12 por ciento lo compone al acero, y el restante porcentaje lo integran materiales como el titanio y la fibra de carbono.Pese a que el nivel de reciclaje es alto, a veces a las empresas aéreas les conviene más adquirir un modelo nuevo, por ser moderno y con tecnologías más eficientes, que realizar mantenimiento a su flota antigua.
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