En la región de Vizcaya, País Vasco al norte de España, se descubrió un caso de abuso animal donde los ganaderos inyectaban anfetaminas y otras drogas químicas para lograr que sus bueyes arrastraran más rápido y con mayor fuerza en una competencia local de arrastre de piedras. Los responsables ya fueron puestos a disposición de las autoridades locales por la Ertzaintza (policía local).
España es conocida por sus competencias ‘deportivas’ o competitivas donde los protagonistas son animales. Algunas son deplorables y repudiadas por miles en la Península Ibérica, sin embargo, por su tradición y antigüedad en ocasiones son protegidas por las mismas autoridades locales.
Competencia de arrastre de piedra (1951) *Foto: ABC
En el caso de esta competición, se entrena a los animales de carga y fuerza agraria para arrastrar pesados bloques de piedra de hasta dos toneladas, una prueba de mucha tradición en País Vasco y Navarra. Mikel Deuna, el ganadero responsable de drogar a sus animales, es investigado por el Ayuntamiento de Laukiz, donde la Ertzaintza halló varias jeringas y frascos con líquidos químicos y anfetamina.
Desde hace meses se sospechaba de este tipo de abuso contra animales, ya que en el verano de 2014 murieron dos bueyes de raza, de 800 kilos cada uno, en Erandio Goikoa, después tras terminar agotados, literalmente, de la prueba. La autopsia veterinaria determinó que murieron por sofocación, agotamiento extremo y sobredosis de anfetamina. El ganadero responsable fue condenado a tres años de cárcel e inhabilitación de por vida.
A pesar de que dicha competencia sigue siendo avalada por las autoridades de Vizcaya, la Ertzaintza diseñó un dispositivo de vigilancia y control con respecto al trato que reciben los bueyes con el objetivo de evitar abuso animal dopaje. Dicho control está conformado y apoyado por agentes de la Sección Central de Investigación Criminal de la Ertzaintza, veterinarios especializados, y el Departamento de la Sostenibilidad y Medio Ambiente.
Hasta ahora ha habido 4 detenciones de ganaderos sospechosos de drogar a sus animales y la imputación de uno más en calidad de investigado y bajo observación judicial. Las sanciones económicas, según sea el caso, llegan hasta los 15 mil euros e implican la inhabilitación permanente en la actividad rural y ganadera.
El filtro de antidoping para los bueyes se realizará antes de toda competencia y ahora las pruebas de orina y sangre serán indispensables para saber el trato que recibe cada buey.
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