El carro, la bicicleta o la motocicleta ya no son los únicos medios de transporte disponibles para recorrer la ciudad. Hoy podemos elegir entre flotar por las calles o balancearnos sobre una rueda tan pequeña que parece imposible que soporte tanto peso.
Desde su aparición en la cinta “Volver al Futuro 2”, los espectadores esperaron pacientes para que las hoverboards (aerotablas de autobalance con o sin ruedas) salieran al mercado, o que algún artefacto similar les permitiera sobrevolar por las avenidas de la ciudad.
La tecnología triunfó y alcanzó todos los aspectos de nuestra vida. Las formas de comunicación y transporte son las que evolucionan con mayor dinamismo. Se transforman con tal rapidez que de una semana a otra las “nuevas” herramientas se vuelvan obsoletas. Lo que hace un mes era nuevo, hoy es basura electrónica.
Hoy las hoverboards están tomando las calles y en poco tiempo podrían ser opciones viables y accesibles capaces de disminuir un fenómeno contemporáneo: los embotellamientos.
Volver a las profecías: los primeros modelos fueron criticados por los geeks y los desarrolladores que trabajaban en la “auténtica hoverboard” flotante.
Pero en realidad, comprar una de esas tablas flotantes podría implicar muchas horas de trabajo. Aunque son atractivas (todos deseamos elevarnos un poco), la opción más viable es una hoverboard más “austera”, con llantas.
El más reciente lanzamiento de Ford, el hoverboard Carr-e, pretende ser un modelo ejemplar para los futuros productos a la venta, por lo que la empresa norteamericana está trabajando e invirtiendo en un prototipo de hoverboard eléctrico en forma circular, a diferencia de las formas anteriores similares a una patineta.
En Alemania (como muchos otros países) se vive una crisis ambiental, ya que las emisiones de carbono alcanzan cifras alarmantes. Por eso, el gobierno y los ecologistas están intentando a toda costa reducirlas en entre un 80 % y 95 % para 2050.
Por eso Ford puso sus ojos en Colonia (la cuarta ciudad alemana más grande) y pretende armar un buen negocio. Uno de los ingenieros que reside allí, desarrolló el dispositivo “con forma de rueda” que permite una opción flexible de traslado.
El Carr-E, es eléctrico en su totalidad, pero lo más novedoso es que soporta cargas pesadas. El usuario debe usar el transistor electrónico para guiarlo y ser el mando que lo controle. Tiene sensores en la parte frontal que funcionan por GPS.
Todavía no se conoce su precio para mercado, pero en definitiva será mucho más accesible y habría más en las calles que las tablas flotantes que ascienden a cientos de dólares.
*Con información de: Ford, TicBeat.