Rufino Varela todavía no puede olvidar la tarde oscura de 1977, cuando estudiaba en el colegio católico Newman de Argentina. En ese entonces tenía 12 años y ese día decidió acercarse al capellán, el padre Alfredo, para contarle que había sido víctima de abuso sexual a manos de un albañil en su propia casa.
Pero Alfredo no quiso ayudarlo. En cambio, le bajó los pantalones y empezó a manosearle los genitales dentro de una de las capillas subterráneas del colegio, donde también estudió el actual presidente de la Argentina, Mauricio Macri. Valera pensó que después de eso había logrado ser alguien pleno, pero el día que decidió contar el crimen, 39 años después, algo extraño le pasó, como si le quitaran un enorme peso de encima.
En entrevista para la CNN, Rufino cuenta que jamás tuvo sed de venganza, era algo que se había guardado dentro de él. Pero cuando finalmente alzó la voz y se armó de valor para contarle a su esposa, lloró como nunca había llorado en su vida, ni siquiera cuando su padre murió. Su testimonio animó a más de 20 exalumnos de la institución a denunciar sus casos de presunto abuso sexual.
Rufino Varela. *Foto: Diario Registrado.
Hace un mes, alrededor de 22 exestudiantes contaron sus historias de abuso a manos de los sacerdotes, aunque Rufino es el único que hasta ahora se ha pronunciado públicamente. Todos los abusos ocurrieron hace 4 décadas, así que las víctimas hoy tienen entre 50 y 60 años. La Oficina de Servicios de Protección de la Guardia Cívica inició una investigación para confirmar o negar la responsabilidad directa de los “Christian Brothers”, la congregación religiosa que fundó el colegio, tanto por los abusos como por el encubrimiento.
Desde Irlanda, país de donde son originarios los hermanos cristianos, las autoridades también iniciarán una investigación para esclarecer el escándalo de pederastia y se enfocarán en John Burke, el exdirector del colegio en el periodo en que ocurrieron los abusos y que actualmente vive en el país.
La Arquidiócesis de Argentina mandó llamar la congregación religiosa irlandesa “Christian Brothers” (Hermanos Cristianos) para fundar un instituto de educación católica exclusivo para hombres, el colegio Cardenal Newman, en 1947. La clase alta argentina estaba dispuesta a pagar colegiaturas altísimas, los abusos sexuales, los “tocamientos”, la pederastia corrían por cuenta de los padres y sacerdotes que rigieron durante años la institución.
*Foto: Política Judicial.
Aunque nació como una institución para los ciudadanos económicamente menos favorecidos, el colegio Newman se convirtió en pocos años en uno de los más prestigiosos de la nación sudamericana, pues ofertaba una educación de calidad que atraía en su mayoría a clientes de la clase alta argentina. El actual presidente, Mauricio Macri, estudio en las aulas y ahora, décadas después, cayó en cuenta de lo que realmente pasaba en su alma mater, al otro lado del muro.
Las autoridades, tanto los actuales líderes de la escuela, que ya es laica, y los directivos de Christian Brothers ofrecieron disculpas públicas y cartas abiertas a las víctimas. En el primer caso, sentenciaron que estaban a la disposición de los exalumnos para continuar escuchándolos y «acompañarlos en el camino de sanar las heridas», mientras que la congregación aseguró que la “integridad” física y psicológica de los niños es una prioridad absoluta para ellos así que trabajaran para que «esos hechos injustificables nunca más vuelvan a ocurrir».
*Foto: El Destape.
Los Hermanos Cristianos tienen una reputación manchada por casos de pederastia. Actualmente tienen más de 200 instituciones alrededor del mundo y han tenido que indemnizar a 400 víctimas de abuso sexual en Estados Unidos y Canadá, además de enfrentar otra serie de cargos en Irlanda y Australia.
Para Valera, que sentencia que el daño es es «espiritual y psicológico», los abusadores son unos cínicos, que tienen una capacidad que nada tiene que ver con la educación, sino con la “degeneración”, además de ser personas que se desenvuelven con una tranquilidad absoluta para no despertar sospechas.