Montada sobre un tractor, Daniela Canale, directora y única maestra de la escuela primaria 29, hace el mismo recorrido todos los días para llegar a la Colonia La Belita del distrito General Villegas, al noroeste de Buenos Aires, en Argentina. Su tarea: no dejar a su suerte a cinco niños de segundo, tercero y quinto grado que acudían a la escuela pero que ya no pueden porque el agua de las lluvias intensas y la que baja de Córdoba y La Pampa aisló su primaria desde hace 20 meses.
Los caminos a la escuela son intransitables a pie o en vehículos pequeños por los altos pastos que cubren la zona, pero ni eso ni el peligro de recorrer un camino fangoso todos los días han hecho menguar el espíritu de esta mujer que a veces se reúne con Ezequiel Rodríguez y Jorgelina Vázquez, profesores de educación Física e Inglés, respectivamente, para hacer una especie de “escuela itinerante” donde hay días que se reúnen tres de los cinco alumnos y más tarde, en otra casa, los otros dos. O por Skype, cuando de plano la situación está muy complicada.
*Foto: Facebook Consejo Escolar Gral. Villegas.
No hay pizarrón, así que se las ingenian en una mesa para aprender y seguir el programa del curso académico. Con el profe de educación física tampoco es muy distinto, un par de pelotas y conos hacen la diferencia en estos niños, y en especial con el de tercer grado, que por salud y problemas familiares apenas está empezando a leer.
Hace unos días, Daniela le dio una entrevista a la agencia Télam Canale, y le dijo al reportero que su clave es priorizar contenidos para que el rezago no sea grave en la vida escolar de sus alumnos, y más importante aún, que «si pudiera volver a elegir, volvería a elegir la docencia como profesión, y en especial, ser maestra rural».
*Foto: Facebook Consejo Escolar Gral. Villegas.