En lo que va del año, las autoridades cibernéticas han detectado y desmantelado redes de pedofilia y pornografía que comparten contenidos y material a través de las redes sociales y servicios de mensajería instantánea. WhatsApp se ha coronado como el medio predilecto de los delincuentes para compartir archivos que incluyen fotografías, videos y audios.
Durante el desmantelamiento más reciente, al menos 50 personas fueron detenidas alrededor de 15 países por distribuir pornografía infantil a través de WhatsApp, uno de los servicios de mensajería con más usuarios de todo el mundo. La mayoría de los detenidos son originarios de naciones de Latinoamérica como México, Colombia, Bolivia, Brasil, Chile y en España, reveló esta mañana la Policía Nacional española.
Las detenciones fueron posibles gracias al descubrimiento de un chat de presuntos pedófilos que se se resguardaba en la llamada deep web o “red oscura” y que permite que los usuarios operen en el anonimato. Fue así como las autoridades españolas especializados en el crimen cibernético destaparon a más grupos que distribuían el material pornográfico a través de la aplicación WhatsApp.
La actividad criminal fue posible porque las páginas que operan en la red oscura, a parte de brindar protección de identidad a los usuarios no son visibles para el resto de los internautas, que navegan en la red “convencional” y sólo se puede acceder a ellas con software especializado, del que tienen acceso todos los que se involucran en actividades ilíctias.
De acuerdo con la agencia de noticias AP, los agentes tomaron el poder de numerosos discos duros, computadoras y dispositivos móviles durante el operativo. “También descubrieron archivos con pornografía que podrían llevar a la identificación de abusadores y víctimas” dice el comunicado oficial de la Policía Nacional de España.
En total, los sospechosos aprehendidos por la Interpol y Ameripol, 11 fueron detenidos en España, siete en Colombia, siete en Bolivia, tres en Brasil, cuatro en Chile, tres en Costa Rica, dos en República Dominicana, dos en Guatemala, dos en México, dos en Paraguay, dos en Uruguay, dos en Venezuela, uno en Italia, uno en Nicaragua y otro en Panamá.
El mes pasado se reportó un caso similar, que involucró a México y Costa Rica, países donde operaba una red de pornografía infantil que trabajaba de forma transnacional y que vendía las fotografías y videos a cualquier lugar del mundo por medio de sitios web de paga, en donde se pagaban montos desde 500 hasta los 5 mil dólares por cada uno de los materiales.
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