Después de un año con cientos de cambios, avances, progreso, atraso y muertes inesperadas, podremos decir que uno de los fenómenos principales que definió al 2016 fue la discusión y aprobación de varias legislaciones alrededor del mundo que ahora permiten tanto el uso recreativo de algunas drogas como la investigación para usos medicinales de otras tantas.
Entre el inventario de drogas que se investigaron con fines medicinales, las sustancias que han causado revuelo por sus propiedades curativas han sido las drogas alucinógenas.
“Ha sido un año magnífico para la investigación de las drogas psicodélicas”, comentó Amanda Fielding, directora ejecutiva de la “Beckley Fundation”, una ONG dedicada a la investigación de drogas y a la creación de políticas públicas para su consumo.
En un reciente estudio publicado por la Universidad John Hopkins en conjunto con la Universidad Nacional de Nueva York, un grupo de científicos encargados de analizar las propiedades de las drogas psicodélicas para efectos curativos señalaron que este tipo de sustancias ayudan a disminuir la depresión en los pacientes con cáncer.“Mientras la mayoría de las medicinas convencionales tienen que ser ingeridas regularmente para surtir efecto, las sustancias psicodélicas parecen tener la habilidad única de producir efectos duraderos después de tan sólo uno o dos tratamientos”, comentó la investigadora Fielding, quien añadió que esa característica se debe a la profundidad con las que las drogas psicodélicas hacen vibrar el cerebro y se insertan en nuestras mentes.
Las investigaciones realizadas por la experta Amanda Fielding comenzaron en 1966 después de que probará en sí misma los efectos del LSD y sus efectos a la hora de buscar ampliar el estado de conciencia.
Desde entonces, la investigadora se ha dedicado a promover y a investigar las propiedades curativas de las drogas en ambientes controladas y utilizándolas de manera responsable.
El pasado mes de abril, la Fundación Beckley publicó por primera vez un estudio donde a través de imágenes resaltaron los efectos que el LSD provoca en las diferentes partes cerebro demostrando que las conexiones cerebrales relacionadas con el “ego” disminuyen después de consumir la droga, mientras que otros sectores que fomentan la comunicación y la comprensión se desarrollan. Los resultados permitieron a los investigadores concluir que el LSD, utilizado de forma responsable y a manera de tratamiento médico puede ser una gran herramienta para tratar padecimientos y trastornos como la depresión, la ansiedad, otras adicciones y trastornos obsesivo compulsivos.
Otras de las sustancias con las que los investigadores también han estado trabajando son los componentes activos de los hongos alucinógenos y del MDMA.
Sobre estas dos sustancias, Katie Anderson, una doctora especializada en ciencias aplicadas de la Universidad de Londres, comenta que la sustancia activa de los hongos alucinógenos conocida como Psilocybin, es extremadamente curativa en personas que presentan profundos casos de depresión, mientras que el MDMA, ayuda a reducir el estrés postraumático que tanto daño a los soldados que regresan de las guerras.
“Todavía falta mucho camino por recorrer para que la sociedad entienda que las drogas, más allá de su uso recreativo también pueden ser muy efectivas para tratar diversos tipos de trastornos tanto físicos como mentales cuando son utilizadas con responsabilidad y supervisión médica”, aseguraron los investigadores.
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