El camino para conseguir un medio ambiente más apto para los seres vivos parece ser muy largo. La huella destructiva del ser humano y las actividades que realiza para tener un estilo de vida aparentemente más “cómodo” dejan de lado la sustentabilidad del planeta y, día tras día, pagamos las consecuencias.Aumento en la temperatura global, extinción de especies, fenómenos naturales destructivos y aire cada vez menos respirable son tan sólo una muestra del daño que le hemos provocado a la Tierra. Si no comenzamos a realizar cambios radicales y verdaderos a nuestra forma de vida, las predicciones catastróficas que anuncian “el fin del mundo” podrían hacerse realidad más pronto de lo imaginado.Francia dio un paso al frente en esta lucha para salvar al planeta, aunque sea con un anuncio, pues la acción que revolucionará al país entrará en vigor hasta el 2040. Prohibir la venta de automóviles que funcionan con gasolina o diésel es una decisión que, además de impactar al ambiente, pretende ser la punta de lanza para comenzar a dejar de lado la dependencia a los combustibles fósiles.
“Anunciamos el final de la venta de coches de gasolina y diésel de ahora al 2040”, fueron las palabras que el ministro de ecología francés, Nicolas Hulot, pronunció en una conferencia de prensa que sirvió para presentar el Plan Clima. “Se trata de una verdadera revolución, pero las condiciones están reunidas para hacerlo”.Hulot es un personaje apreciado y respetado dentro de la comunidad ambientalista de Europa por sus acciones desde la política encaminadas a resolver el problema del calentamiento global en el mundo.El ministro ambiental dijo estar consciente de la pesada loza que dejó caer sobre las empresas fabricantes de automóviles, sin embargo confía en que la industria francesa tiene la capacidad necesaria para cumplir con esta promesa que, además, “es una cuestión de salud pública”.Nicolas Hulot, miembro del gabinete francés de Emmanuel Macron, también anunció que en los próximos meses lanzarán un programa de ayuda financiera para que las familias que no cuentan con los recursos suficientes, puedan comprar automóviles que funcionen con energía no contaminante.
Este programa pretende sustituir los vehículos que funcionan con diésel y gasolina que fueron producidos entre 1997 y el 2001 para, de esta forma, comenzar con la transición ecológica que promueve el presidente de Francia.En los últimos años el movimiento ecologista europeo comenzó a promover la transición de automóviles que funcionan con combustibles fósiles a otros que utilizan energía sustentable. Alemania, por ejemplo, tiene el propósito de poner en circulación un millón de vehículos eléctricos para el 2020.
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