El machismo se esparce como una epidemia, alcanza las formas más despreciables y salvajes de violencia de género: desde ataques verbales y menosprecio cotidianos hasta la crisis de feminicidios por la que atraviesan muchos países latinoamericanos.
La idea de la igualdad de género sigue siendo inconcebible para gran parte del género masculino. Un estudio reciente realizado por la Fawcett Society, organización inglesa que trabaja en defensa de los derechos de las mujeres, reveló que casi la mitad de los hombres consideran que las mujeres que estaban borrachas o que portaban una minifalda cuando fueron atacadas sexualmente tuvieron la culpa del acoso.
La idea machista ha logrado permear incluso la barrera feminista. De acuerdo al estudio, el cual tomó en cuenta la opinión de 8 mil adultos, alrededor del 38 por ciento de los hombres jóvenes piensan que las mujeres tienen cierta responsabilidad si son atacadas en una noche de fiesta. El 34 por ciento de las mujeres también lo consideran así.
En cuanto a los hombres de entre 18 y 34 años, poco más del 40 por ciento afirmaron que las mujeres tenían la culpa “parcialmente”, mientras que otro 14 por ciento consideró que ellas tenían la culpa lisa y llanamente.
La vestimenta con la que nos enfundamos, entonces, es nuestra condena y nuestra decisión de beber nos merece el escrutinio.
Otro hallazgo importante de la encuesta fue que conforme incrementa la edad de los cuestionados, resulta más común que las mujeres se culpen entre ellas de haber sido acosadas o atacadas: más de la mitad de las mujeres que superan los 65 años aseguraron que la culpa (parcialmente) era de las mujeres.De acuerdo a The Guardian, esta es la manifestación de un problema que asecha a las generaciones más jóvenes: cuando piensan que los “ataques sexuales y la humillación de las mujeres se ve como una especie de broma”.
Por su parte, el director general de Fawcett Society, Sam Smethers, afirmó que no podía pensar en otro crimen (acoso sexual) en donde la sociedad esté “más lista” para culpar a la víctima. En estos casos, las mujeres son responsabilizadas por el comportamiento de sus atacantes y eso revela”lo arraigada que tenemos la culpabilización dentro de nuestra cultura”.
A finales del año pasado, uno de los jueces más reconocidos de Gran Bretaña, Andrew Gilbart, sentenció que un caso de ataque sexual se había perpetuado por una “tontería” de parte de la víctima. “Ella se puso muy borracha. Eso no excusa lo que pasó, pero las personas tienen que asegurarse de protegerse a ellas mismas y cuidarse de esto. Ella se hizo a sí misma muy vulnerable”.
Como si la vulnerabilidad fuera una elección propia, una decisión que decidimos tomar cada noche que salimos antes de vestirnos o de tomar un trago. Bien lo advirtió la vicepresidenta de Perú, Mercedes Aráoz: “Yo puedo usar una minifalda y nadie tiene derecho a tocarme. […] Nadie tiene derecho a afectar nuestra dignidad y no la provocamos las mujeres”.
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